CAPÍTULO OCHO
ELEMENTOS DEL SERMON (Continuación…)
B) SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA VOZ.
Lo primero que debemos tener en cuenta es no pensar demasiado en ella cuando hablamos. Podemos tener la más hermosa y dulce voz, pero no
nos servirá de nada si no tenemos nada útil que decir.
“Un hombre dotado de la más excelente voz, y a quien le falten conocimientos y un corazón ardiente, será “una voz clamando en el desierto” o como dice Plutarco: “voz y nada más”. Semejante hombre bien podría lucirse en el coro pero en el púlpito será inútil.”
Esto no quita que pensemos correctamente en nuestra voz. Del modo que aprendamos a dominarla, también dependerá la excelencia de nuestro servicio.
Por ejemplo, es muy importante aprender a dar el tono adecuado al sermón, según el tópico que estemos tratando. APRENDER A MODULAR LA VOZ Y hacer cambios de volúmen, según lo requiera el sentido de la frase, dará vida a la charla y mantendrá la atención de los oyentes.
Especialmente podremos evitar una predicación monótona y aburrida – cuyo efecto puede ser mortífero para la congregación – si somos diligentes en mejorar nuestra vocalización. Queda por demás irreverente un predicador que no sabe pronunciar adecuadamente las palabras de su propio idioma.
Es nuestra obligación servir en la predicación del evangelio con lo mejor de nuestra voz. Tal como lo hiciera el profeta Ezequiel de quien el Señor dijo: ” Tú eres a ellos como cantor de amores, gracioso de voz y que canta bien.” (33:32). Así aunque el pueblo de Israel continuó con un corazón endurecido, Ezequiel se sintió inspirado para anunciar la Palabra de Dios empleando el mejor estilo de su voz y de sus modales.
Debemos también aprender a corregir toda forma de hablar mal aprendida, como también palabras que suenan desagradables a los oídos. Juan Wesley dijo: “Tened cuidado de no retener nada torpe ni afectado, ni en vuestros gestos ni en vuestro lenguaje, ni en vuestra pronunciación.”
Hay algunos que suelen lanzar gritos discordantes tan agudos que se parecen al ruido de goznes aherrumbrados, o a un gato que le han pisado la cola.
Otros usan tonos tan graves en su voz, que parecen más bien lúgubres mensajes venidos del más allá. Se pueden imaginar el efecto que estos tonos sepulcrales pueden causar en las personas enfermas o temerosas que han llegado a la iglesia buscando consuelo.
En resumen entonces, CUIDEMOS NUESTRA PRONUNCIACION, APRENDAMOS A VOCALIZAR BIEN, SEPAMOS CUANDO LEVANTAR O BAJAR EL VOLUMEN DE LA VOZ. No hablemos demasiado detenidamente pero tampoco tan aceleradamente como la carrera de un caballo desbocado. Ambas cosas echan a perder el sermón. El predicador debe armonizar sus pensamientos y su imaginación en relación con su lengua.
Es muy triste escuchar desde el púlpito, exposiciones que no son más que un tropel de palabras sin orden ni propósito.
Gracias por esas acertadas observaciones, nos recuerda que nuestra voz es un arma poderosa en la predicaciòn de la palabra, DIOS los siga bendiciendo.Psychoanalysis
¿ Y en qué momento le daremos cavida al Espíritu Santo ? Tengo ejemplos como Yiye Avila, uno de los más reconocidos sermonistas de la época, (dejo en claro que soy prebiteriano) pero con gruesos errores de vocabulario, y lleno del Espíritu Santo, viviendo lo que predica, y tocando corazones. No me imagino a un apostol Pedro con muy buena dialéctica, pero de sus labios salía Sabiduría de Dios. Esforcémonos por ofrecer lo mejor al Señor, pero bajo Su dirección, sin poner mucho de lo nuestro. Bendiciones
Podemos ser tan cuidadosos en hablar y actuar, que Jesucristo lo hizo muy bien.
Me parece muy acertado tu comentario. A veces nos olvidamos que quien hace que el mensaje fluya y llegue al corazon es Dios. El Espiritu Santo nos dá palabras de vida. Es muy cierto que se debe cuidar la voz y debemos tener el conocimiento de lo que vamos abordar. Pero muchas veces solo confiamos en técnicas y métidos que hacen del mensaje algo hueco y vacío.
Mis saludos
Es muy acertada, a mi muchas veces me dan la oportunidad de transmitir la palabra de Dios a la Iglesia en donde me congrego, y resulta que cuando el Pastor me da esa oportunidad en forma repentina no tiene el mismo efecto que cuando me avisa una semana antes y me preparo en oracion, ayuno y estudio de lo que voy a predicar, esa preparacion me da mucha confianza y autoridad de lo que hablo ante la Iglesia.
Gracias por los estudios que me envían, edifican nuestras vidas, ademas por la oportunidad de poder accesar mas de ellos. Dios tiene bendiciones especiales para ustedes y se que las esta derramando.
Gracias por todos los buenos mensajes que me han enviado, realmente he aprendido mucho con ustedes, me gustaria saber como puedo tener las serie completa del tema de Homilética, gracias
muchas gracias por todos los buenos mensajes que me han
enviado realmente he aprendido mucho con ustedes Que Nuestro Señor Jesus los llene de vendiciones siempre
gracias por todos los correos que e ricibido de ustedes los amo y los aprecio mucho aun que no los conosca personalmente,temgan por seguro que todo lo que hacen el señor se los recompenzara,Dios siga bendiciendo sus ministerios hasta pronto.
Gracias por el articulo. Y si, creo que el tono de voz es tan importante en nuestra predicacion, sin dejar olvidado el punto que menciona Sergio, La Guianza del Espiritu Santo.
Si no olvidamos ambas cosas, hemos asegurado el exito en nuestra predicacion. Bendiciones! Eliseo D.
Gracias por los estudios que me envían, son de mucha ayuda, Dios se los va a recompensar dándoles más sabiduría para que continuen ayudando a otros. Y declaro en el nombre de Jesús, que este año va a ser de bendiciones para ustedes y sus familias.