Veíamos en nuestra reflexion anterior la importancia de tener clara la prioridad mas importante de nuestra vida. Amar a Dios. Esta es la número uno. Tambien ilustramos que la mejor manera de mostrarle a Dios que le amamos es obedeciendo su palabra.
Sin embargo la enseñanza de Jesús no terminó alli. Sino que llevó al maestro de la ley, a otro mandamiento que consignó como el segundo en orden de importancia: “Amarás a tu projimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
Debemos notar entonces que esta segunda prioridad también gira en torno a las relaciones: amar a los demás. La palabra de Dios nos instruye en todas las clases de relaciones posibles.
El “otro” mas importante si estamos casados, es nuestra esposa o vicebersa. Ella es un don de Dios y ante sus ojos ambos son una sola persona (léa Génesis 2:24).
En la familia nuestros hijos dependen de nosotros para satisfacer sus necesidades, asi como nosotros dependemos de nuestro Padre celestial. La relación que tenemos con nuestros progenitores es de tanta importancia para Dios que la incluyó en los Diez Mandamientos, donde dice: Honra a tu padre y a tu madre.
La biblia nos enseña profusamente cómo deben ser nuestras relaciones personales, partiendo desde el seno familiar, hasta los amigos, enemigos, los extranjeros, los pobres, los empleadores y los empleados.
Las prioridades en cuanto a nuestras relaciones se sintetizan en dos verdades elementales: amar a Dios y amar a los demás. Si pudiéramos cambiar radicalmente en estas dos áreas, habríamos demostrado mas del evangelio de Cristo que todas las generaciones que nos han precedido.
Porque lo cierto es que estamos atentos para señalar la paja en el ojo ajeno. Pero reflexionemos en estas palabras que escribió Tolstoi cuando dijo: “Todos piensan en transformar a la humanidad pero nadie piensa en cambiarse a si mismo”.
Consideremos otra prioridad en relacion a nosotros mismos y que es tan marginada en este mundo tan acelerado.
EL DESCANSO¿Se siente usted agotado? No hablo del cansancio fisico sino mayormente del emocional. Hacia donde quiera que nos volvamos encontramos gente agotada, hombres y mujeres exaustos.
Hay dos clases de cansancio que experimentamos en nuestras vidas. Por ejemplo cuando nos hemos consagrado a una labor por una buena causa…estamos cansados…¡Pero nos sentimos muy bien!
Teodoro Roosevelt lo describe de esta manera:
No es el crítico el que cuenta, ni aquel que señala cómo ha tropezado el líder, ni cómo podría haber actuado mejor el que emprende cosas. El crédito es de aquel que está realmente en la arena; cuyo rostro está sucio por el polvo, el sudor y la sangre; que lucha con valor. Aquel que se equivoca y fracasa, una y otra vez; que conoce el entusiasmo, la devoción. Que se entrega por entero a una causa valiosa. El que, en el mejor de los casos, solo al final conoce el triunfo de un gran éxito; y que, en el peor de los casos, si fracasa, al menos fracasa sabiendo que jamás estará junto a los tímidos que no conocen ni la victoria ni el fracaso.¡Que manera estimulante de hablar! Eso sí que es buen cansancio.
En nuestro sistema de vida, muchos no experimentan este cansancio, sino uno que agobia. En un ritmo de vida frenético, aún los cristianos, caémos en el error de “no estamos haciendo lo suficiente para el Señor”, sumando mas y mas actividades.
“No es que no estemos haciendo lo suficiente, sino que estamos haciendo demasiadas cosas equivocadas.” Patrick M. MorleyMuchos ministros y cristianos laicos terminan agotados cada semana. Porque no saben la importancia de aprender a decir, no. Es decir, por un falso cargo de conciencia trabajan en exceso. Muchas veces se debe a nuestra total ignorancia de las prioridades bíblicas.
Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28,29).Siempre tendemos a destacar la acción. Pero Dios está interesado en nuestro descanso. Si es una prioridad para él, debe serlo para nosotros.
Algunos llegamos a preocuparnos tanto que no logramos descansar. El descanso que Jesús ofrece no es solo para aquellos que están fisicamente cansados, sino tambien para quienes lo están en lo emocional y mental.
“Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia” (Eclesiastés 5:12).“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehova tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:29-31.
Si decides que tu prioridad en la vida será amar a Dios y obedecer su palabra. Entonces puedes venir a los pies de Jesús y recibir verdadera paz y verdadero descanso. Deja tu carga y preocupacion en sus manos. Y dejate llevar por la confianza de que El está al control.
monica says
hoy en dia es dificil amar a nuestros semejantes por q el mundo esta fatal
hoy por hoy satanas se esta encargando de destruir las familias y de hacer q el corazon se enduresc para nuestros hermanos