… que hoy contamos con más de cinco mil manuscritos y testigos textuales de cada uno de los dos testamentos, descubiertos en poco más de cien años?
Solamente en las “cuevas de Qumrán”, cerca del “Mar Muerto”, se han encontrado varios centenares de valiosos “rollos de escritos bíblicos” y extrabíblicos de incomparable valor. Algunos se remontan a los siglos II y III a. C. Del Nuevo Testamento tenemos hoy en día manuscritos, papiros y otros testigos del texto sagrado, compuestos en los primeros cinco o seis siglos de la era cristiana, incluyendo el famoso Papiro 52, que data aproximadamente del año 125 d.C. y contiene Juan 18:31-33 y 37-38. El “Papiro 52” es considerado el manuscrito más antiguo que hoy tenemos del Nuevo Testamento.
Si se compara esta riqueza de fuentes textuales que utilizan hoy las nuevas “versiones de la Biblia” con los escasos manuscritos tardíos que utilizaron las versiones tradicionales antiguas. Muchas de las versiones que tanto estimamos fueron hechas con dedicación, cuidado y diligencia. Y sus autores merecen nuestra admiración y gratitud. Ellos trabajaron con los elementos y textos mejores que tuvieron a su alcance en su tiempo.
Sin embargo, no contaron con los manuscritos más antiguos y cercanos a los originales que hoy poseemos. De hecho, con el descubrimiento en los últimos años de miles de manuscritos que superan en varios siglos de antigüedad a los usados por estas versiones, se han comprobado muchos vacíos, cambios y ediciones al texto bíblico que deben ser corregidos para preservar la integridad del texto sagrado. Razón por la cual la Nueva Versión Internacional es fiel a los textos originales.
Fuente: Comunicación Latina