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Judaísmo

Un Ángel del Señor hace tres visitas. (18).

abril 10, 2013 by admin Leave a Comment

pintura_de_angel[1]

b) Los anuncios de su venida
Al avanzar en estos acontecimientos de origen
sobrenatural notamos que Dios en su sabiduría, los acompaña con avisos claros y precisos para preparar así el camino del Rey ya pronto a nacer y de quienes los magos dijeran “su estrella hemos visto y hemos venido a adorarle.”
Las tres anunciaciones hechas por el ángel del Señor son:

1- Al anciano Zacarías. Como ya lo había predicho el profeta Malaquías 400 años antes.
“He aquí ye envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí;
y luego vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis.” (Mal.3:1 y 4:5,6).
Como todo rey, debía ser precedido por un heraldo que lo anunciaba, así también el Rey eterno debía preparar a sus criaturas para visitarlos. Y el ángel Gabriel le Anuncia a los ancianos, Elizabeth y Zacarías, que tendrían un hijo en su vejez. Ese niño llegaría a ser un poderoso profeta del Señor que “prepararía el camino del Señor.”

2- A la joven María. Imagínense que importante que era se hiciera esta aclaración, pues siendo Haría una muchacha virgen ¿cómo podría explicar lo que Dios habla hecho en ella?
Pero como Dios no improvisa y todo lo tiene en cuenta, a través del ángel y con palabras llenas de Su gracia le explica a María el sublime misterio para el cual había sido elegida. No trata el ángel de explicarlo sino que con sencillez le declara el hecho. Y aquí otra vez descolla, la asombrosa personalidad de María, porque ella sumisa y reverente le contesta: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí conforme a tu Palabra.” (Lucas 1:38).

3- Al joven José. Y aquí también, como las anteriores, la anunciación era esencial. Ya dijimos que José era un hombre justo y recto así que el se encontraba ante un dilema que lo tenía desorientado.
Yo creo que podemos imaginarnos los días de angustia y confusión que habrá vivido sin saber qué hacer.
Aunque todavía no habían contraído matrimonio, sin embargo, el desposorio entre los judíos era un asunto de mucha seriedad y solemnidad (no como el compromiso de nuestros días) Eso significaba que legalmente ya eran matrimonio, aunque no se concretaba hasta luego de la boda.
La separación era posible solamente si se divorciaban, como si estuvieran casados.
Ante los mil fantasmas de su mente fue que José quiso dejarla secretamente. (Mt. 1:18,19) para evitar precisamente el escándalo del divorcio.

Es allí cuando se le presenta el ángel para darle con su mensaje, la solución perfecta para su problema. Deshecha la dificultad por el mensaje de Dios, José acepta a María como esposa.

c) Su nacimiento.
Muchas veces encontramos que a Jesús se lo llama
Jesús de Nazaret, a pesar de que nació en el humilde pueblo de Belén. Esto se debe a la profecía que establecía, como lugar de nacimiento del Cristo a Belén según nos dice en Miqueas 5:2 ¿Pero cómo se iba a cumplir esa profecía, siendo que José vivía en Nazaret? Es notable ver como el emperador Augusto Cesar dió inconscientemente las ordenes que harían efectiva su cumplimiento, a través del empadronamiento como vemos en Lc. 2:1-4. Así, José debe trasladarse a su lugar de orígen pues el pertenecía a la familia de la casa de David. Así vemos como Dios usó el decreto de un imperio pagano para hacer cumplir sus profecías.

i) La importancia de Belén. Este lugar era especial para el pueblo de Dios. Era la ciudad de David, el hogar de Rut y donde fue sepultada Raquel. A 25 kms. al sur estaba Hebrón, hogar de Abraham, Isaac y Jacob. A 15 kms. al Noroeste estaba Gabaón en dónde Josué había hecho detener el sol. A 20 kms. al Oeste estaba Soco, en donde David había matado a Goliat el gigante Filisteo. A 10 Kms. Al Norte estaba Jerusalén en donde Abraham había pagado los diezmos a Melquisedec, después fue la capital magnífica del rey David y de Salomón, asiento del trono de David durante 400 años, escenario del ministerio de Isaías y de Jeremías y centro del esfuerzo de Dios a través de los siglos de revelarse a sí mismo a la humanidad.

La iglesia de la natividad en Belén, la iglesia mas antigua de todo el cristianismo, fue construida originalmente por Elena, la madre de Constantino el emperador cristiano del Imperio Romano en el 330D.C. Debajo de la iglesia hay un aposento a manera de cueva, que se dice es el mismo aposento del pesebre en donde Jesús nació. Hay una tradición ce que era también parte del hogar ancestral de David, de Booz y de Rut. En este aposento el erudito latino Jerónimo paso 30 años mientras hacían su traducción de la Biblia al latín. (Henry H. Halley – Compendio Manual de la Biblia).
Habiéndonos ubicado en el lugar geográfico e histórico, en la próxima entrega trataremos de dar respuesta a una pregunata muy generalizada: ¿Cuál es realmente la fecha precisa del nacimiento de Jesucristo?

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Apocalipsis: “Sí, vengo pronto.” Jesucristo (59).

febrero 14, 2013 by admin 4 Comments

Las diferentes voces que claman por la venida del Señor

“El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida” (22:17).

La primera, en expresar su ardiente deseo es “la esposa”. Palabra siempre traducida como “novia”. La Iglesia no puede ser la Esposa de Cristo hasta que esté completa con el último pecador de esta edad agregado a Ella. El casamiento tomará lugar en 19:7.
Todo esto ha través del Espíritu, pues ambos están entrelazados y es el mismo Espíritu que intercede en los creyentes con gemidos indecibles (Ro. 8:26, 27).

“…y el que escuche diga: ¡Ven!” Cómo que el autor insta a los oyentes a que eleven este clamoroso ruego al mismo Señor Jesús. Este versículo contiene la última invitación en la Biblia; en realidad, son dos invitaciones en una. La primera parte está dirigida a Cristo, deseando que vuelva al mundo. La segunda parte está dirigida al mundo, deseando que vuelva a Cristo.

El otro aspecto de este mensaje es una invitación evangelística. “El que tenga sed, venga”. Siempre está presente todavía el día de salvación. Este ofrecimiento para la salvación se amplia con la siguiente frase:

“… y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida”. Una invitación similar la encontramos en Isaías 55:1. No hay merito humano alguno que pueda alcanzar la salvación como premio, por mas grande o noble que parezca. Dios ha dispuesto que la salvación sea totalmente gratuita (Ro. 6:23). Y está a disposición de todo aquél que desee obtenerla.

“A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. Y si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro”. (22:18, 19).

El mismo Señor advierte “A todo el que escuche…”, es una clara advertencia, de que no debemos descuidar, el manejo cuidadoso de estas palabras reveladas por el ángel a Juan. Esto no quiere decir que ya Dios no puede seguir hablándonos. Lo que quiere decir, es que tanto el libro de Apocalipsis, como la Biblia están completos y no necesitamos de “supuestos soñadores y visionarios”, que quieran agregar nuevas profecías o libros a la Biblia.

Esta es la revelación escrita de Dios al hombre. Y es definitiva. (Vea Pr. 30:5,6; Dt. 4:2 y 12:32). Así, aunque la advertencia se aplica en primer lugar al libro de Apocalipsis, también es aplicable para cualquiera que quiera agregar o quitar alguna parte del texto sagrado.

Por cierto, es de destacar, que era la costumbre común de los escritores antiguos, de agregar una orden solemne a los escribas que debían corregir con mucho esmero las copias cuando esto era necesario, pero jamás debían hacer una interpolación o mutilación del original.

De todas maneras, es una advertencia muy seria pues dice que de no escucharla, Dios le quitara su parte de toda la fantástica herencia descripta en este libro. No parece referirse a la salvación. Ya que ningún discípulo regenerado y lleno del Espíritu Santo se atrevería a manipular la Palabra de Dios. Lo que no podemos asegurar de incrédulos eclesiásticos con motivaciones equivocadas.

La conclusión de esta magnífica revelación es rubricada por el mismo señor Jesucristo:
“El que da testimonio de estas cosas dice: Sí, vengo pronto” (v, 20a). Lo significativo es que esta es la tercera vez que hace esta promesa en el mismo capítulo (vv. 7, 12, 20) con la salvedad de que aquí agrega un rotundo “sí”, que en el griego significa “¡de seguro que sí!” como una afirmación que da mas fuerza y seguridad a la declaración de su inminente venida.

Como respuesta a tan sublime declaración, Juan representando aquí a la iglesia redimida responde: “¡Amén. Ven, Señor Jesús!” (v. 20b). Casi podemos imaginarnos esa novia radiante extendiendo sus brazos hacia su amado, que en algún momento se marchó hacia un largo viaje, pero con la promesa de regresar para celebrar con ella su boda. Tal vez las lágrimas corren por sus mejillas mientras espera ansiosa…. pero ella sabe “que las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos” … sabe de las heridas que su amado a recibido por amor a ella. Sabe que la ama con amor eterno. Sabe que El es el Fiel y Verdadero.

El cristiano dedicado al Señor, viviendo en medio de una sociedad secularizada y camino a una total apostasía, levanta sus ojos al cielo con la expectativa de que hoy sea el día del Señor. Esta rodeado de tinieblas que se manifiestan en una idolatría ciega y la adoración a pasiones y prácticas equivocadas. En su corazón el cristiano desea solo una sola cosa, la que es expresada con tres palabras , “Ven, Señor Jesús.” Esta frase equivale la versión aramea de 1 Corintios 16:22, “Maranatha”.

“La gracia del señor Jesús sea con el pueblo de Dios. Amén” (22.21).
Muy llamativo se nos presenta el hecho, de que un libro apocalíptico, termine con una bendición apostólica, pero el libro empezó como una epístola (1:4 y siguientes), por lo tanto, esta terminación es apropiada.

Seguramente, la bendición apostólica de Juan va dirigida a los lectores y oyentes contemporáneos de Apocalipsis. Pero sin duda también a la gran multitud de creyentes, de todas las generaciones, que por esa misma gracia, leyeron y estudiaron este libro para inspirar y animar a la iglesia militante. A ellos nos sumamos nosotros hoy. Ojalá lo hagamos con la misma pasión y expectativa que ellos.

Según los manuscritos, el “Amén” fue agregado por algún copista cuyo corazón ardía por la pronta venida de Cristo. Este debería ser también el anhelo del corazón de cada persona que ha recorrido las páginas de Apocalipsis. Su visión gloriosa de nuestras vidas reinando con Cristo, nos anima en medio de un mundo cada vez mas secularizado, pero en el cual nosotros brillamos, con el firme propósito de ser usados para que muchos vengan al conocimiento del Salvador.

Una buena manera de concluir este estudio, es con las palabras que en este capítulo le son atribuidas al mismo Señor Jesús. ¡Que fuerte y claro que nos hablan!

22:7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
22:13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
22:16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.

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El Cumplimiento del Tiempo (17).

febrero 8, 2013 by admin 4 Comments

 

 

 

 

 

 

 

 

 

II – NACIMIENTO DE JESÚS (San Mateo Capítulos 1 y 2 – San Lucas Capítulos 1 y2 ).
a) Introducción
Llegamos aquí al momento clave, al clímax del cumplimiento de las profecías: el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Naturalmente tenemos que hacerlo deteniéndonos aunque sea en breves aspectos de quien fuera la mujer elegida por Dios para recibir en su matriz el milagro más portentoso que la humanidad ha recibido, que el Dios eterno se limitara tomando forma humana en el milagro de la encarnación.
Y como ya saben, nos referimos a María, la joven que reunió todas las condiciones humanas y espirituales que Dios necesitaba.
Según la genealogía en Lucas 3:23 María fue hija de un hombre llamado Elí y por lo que podemos observar fue un aldeano pobre y su standard de vida era bastante similar a la de sus vecinos de Nazaret.

Su familia era fiel y devota a las enseñanzas de las Escrituras, por lo tanto descubrimos en forma natural que María cumplía cada sábado su asistencia a la sinagoga donde escuchaba la lectura de las escrituras y la enseñanza de los rabinos.

Aparentemente ella nunca se dio cuenta que profecías tales como Is.7:14 se referían a su persona.
Hay una característica muy especial de María que nos describe Lucas 2:5, donde nos cuenta que era costumbre de María guardar en su corazón todo lo que tenía valor espiritual. Y así nos vamos formando la imagen de una joven tierna y sencilla, tal vez reservada que no era impulsiva sino mas bien muy recatada en su manera de obrar.

Su educación, por lo que se desprende del contexto humilde en el que se desarrolla y de acuerdo con la costumbre de la época pasaría por aprender a leer los libros sagrados, escribir y memorizar las partes más importantes. Lo que sí es llamativo, es que ella retenía todas esas enseñanzas y las obedecía; eso se desprende también en ocasión de la visita a su prima Elizabeth cuando, sin duda inspirada por el Espíritu Santo, da forma y expresión a lo que ha dado en llamarse por su excepcional contenido: El Magnificat (Lc. 1:46-55), una exclamación espontanea de gozo por la grandeza de lo que Dios le había revelado que haría, teniéndola a ella como su principal colaboradora!

¿Y qué podemos decir de la vida de José? Por lo poco que se desprende de los textos del N.T. vemos que fue un humilde carpintero; probablemente algo mayor que María en edad, no más de uno o dos años, ya que la costumbre judía era que los varones se desposaran al llegar a los 17 años.

Hay si un rasgo notable que se realza en el relato Bíblico, cuando en ocasión de haber planeado huir ante la confusión que él sentía por el embarazo de María, nos da la causa de su decisión “porque era un hombre justo y no quería difamarla.”

Y esta expresión: “un hombre justo” pinta cabalmente un retrato de su personalidad: sencillo pero sólidamente afirmado en los mandamientos de Dios. Tal como su antecesor el famoso José, el hijo de Jacob que llegó a ser primer ministro de la corte del Faraón de Egipto.
Y también observamos que tuvo el mismo don de revelaciones y sueños por el cual Dios les dio a ambos importantísimos mensajes.

Vemos entonces cuán importante es para nuestro estudio, formarnos el concepto adecuado de quienes acompañarían el desarrollo de la vida humana de Jesús aquí en la tierra. Podemos estar seguros que Dios no escogió al azar estas personas.

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Apocalipsis: “¡Miren que vengo pronto!” (58)

diciembre 25, 2012 by admin Leave a Comment

"Las puertas del cielo"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. (22:12,13).

La voz de Cristo anuncia la inminencia de su tribunal para los justos, 1 Corintios 3:11-15, y el trono blanco para los incrédulos, Apocalipsis 20:11-15.
En Hebreos 11:6, Él es el gran “galardonador.” “La palabra describe especialmente las recompensas divinas dadas a los creyentes por la cualidad moral de sus acciones. Su valor para el obrero individual variará de acuerdo con el trabajo que haya realizado.” (Ver Hebreos 11; Mateo 20:8 y 2 Timoteo 4:8).

Por otra parte, una vez mas si comparamos esta descripción que el mismo Cristo hace de su persona con 1:18, e Isaías 44:6 y 48:12, se prueba que Cristo era la manifestación visible del Jehová del Antiguo Testamento. Otra vez, el mismo declara también la realidad de que toda la historia humana tiene su comienzo y su final en su persona.

“Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad. Pero afuera se quedarán los *perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.
“Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la brillante estrella de la mañana.” (22:14-16).

El árbol de la vida
Un nuevo amanecer experimentando los frutos del árbol de la vida

Ya conocemos que la gran dicha del cristiano será haber lavado sus ropas en la sangre preciosa del Cordero. El árbol de la vida representa todo lo bueno y lo mejor que había en el corazón de Dios para el hombre recién creado y que Adán y Eva perdieron. La sangre preciosa de Cristo es la que nos capacita “para tener derecho al árbol de la vida” y comer de su fruto. En Cristo el gozo inefable de la comunión con Dios es recuperado. Y por lo tanto también sus bendiciones nos son restituidas.

Las puertas del cielo solo están abierta para hombres redimidos. No porque se cierren en algún momento. Sino porque el malo simplemente nunca llegará a ese lugar. ¡Cuanta fascinación nos embarga nuestro espíritu al imaginarnos caminando hacia la santa ciudad! Vislumbrar sus puertas y ser alumbrados por la gloria divina que de ella se irradia!

Está claro quienes se quedarán fuera de tan bendita ciudad. Ya enumeramos y analizamos toda esta diferente clases de pecado y lo que significaban.

En el verso 16, que Juan se lo atribuye directamente al Jesús, vemos en primer lugar como es común en todo el libro, la actividad angelical como verdaderos ministros también en los asuntos de la revelación de las cosas venideras. Pero en segundo lugar, el mandamiento de no acallar este mensaje, sino por sobretodo darlo a conocer a las iglesias. Y no descuidar la lectura y el estudio de un libro tan alentador para los fieles peregrinos que a través de diversas pruebas llegarán a las puertas del cielo

En esta frase “la raíz…de David, la brillante estrella de la mañana”. Wiersbe ofrece un bello comentario al observar que “los títulos de nuestro Señor en versículo 16 son de lo más interesantes. La raíz se sepulta en la tierra donde nadie la puede ver, pero la estrella está en el cielo donde todos pueden verla. En la raíz y linaje de David tenemos a Jesús judío, nombre nacional; pero en la estrella resplandeciente de la mañana tenemos su nombre universal. Uno habla de humildad, el otro de majestad y gloria”.

Como la raíz de David, Jesucristo trajo a David en existencia. Como linaje de David, Jesús vino a este mundo, nacido judío del linaje de David. Tanto la deidad y la humanidad de Jesús son evidentes aquí.
Este enigma, fue irresoluble para los fariseos, cuando Jesús los confundió en Mateo 22:41-45.
“La estrella de la mañana anuncia la llegada de la aurora. Jesucristo vendrá por su Iglesia como la estrella de la mañana, pero cuando Él vuelva a juzgar, será como el Sol de justicia en ardiente furia”.

Veamos también que para “estrella resplandeciente”. El griego enfatiza la cualidad de la estrella al decir “la estrella, la resplandeciente, la de la mañana”. Cuando las profecías del libro hayan sido cumplidas, entonces será terminada la oscuridad de la tribulación y llegará el alba del milenio.

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El Carácter y la Persona de Jesucristo (16).

diciembre 21, 2012 by admin Leave a Comment

I – D. EL CARÁCTER DE JESUCRISTO.

Carácter, según el diccionario, es la “manera de ser que distingue a una persona o cosa de otras. Conjunto de rasgos que indican la naturaleza de las personas o de las cosas”; y también: “conjunto de cualidades psíquicas, heredadas y adquiridas, que condicionan la manera de reaccionar de cada individuo humano”.

También se aplica como la “cualidad de la persona que se mantiene firme en su línea de conducta” siendo sinónimo de palabra tales como energía, entereza, firmeza.
Tarea imposible sería, desde todo punto de vista tratar de describir el carácter más completo del Hombre que una vez existió en esta tierra. Sería sólo un intente de nuestro pobre entendimiento el intento de trazar algunos rasgos, como su ternura, su libertad, su fortaleza, su santidad y amor admirables, etc.

1) JESUCRISTO: SU PERSONALIDAD
Hablamos de personalidad en el sentido de alguien que tiene “mucha personalidad”. En esta acepción lo tema el Prof. Griffith Thomas cuando dice que “la personalidad es la cosa más alta en la vida, y también la más interesante, atractiva y fascinante.”
Juan nos describe algunos de esos rasgos cuando dice en 1:14 “y vimos su gloria… lleno de gracia y de verdad.”

No podemos siquiera terminar de imaginarnos le que debe haber sido el rostro de Jesús, porque mientras caminaba por este mundo la gracia de Dios resplandecía en todo su ser, palabra y obra. Y , mas aun si pensamos que El encarnaba la verdad de tal forma y hasta tal grado que muchos según los relatos evangélicos caían a sus pies. Cristo era la realidad total.

2) JESUCRISTO: SU EQUILIBRIO PSÍQUICO, MORAL Y FÍSICO
De los hombres comunes se dice: “no existe algún genio sin alguna rareza. Todos ellos aunque sobresalientes en alguna ciencia, tuvieron sus yerros o sus debilidades.
Todo lo contrario sucede con los relatos de quienes escriben la vida de Jesús. Ellos nos van pintando en un relato sobrio pero genuino, como “un cuadro de perfección.” Sus mismos contemporáneos daban testimonio de El: “todo lo hizo bien” – “jamás hombre alguno ha hablado como este hombre” – “mas éste nada impropio hizo” etc.

Como nos describe el teólogo español Francisco Lacueva: “La co-existencia de contrarios difíciles de compaginar dentro de un ser humano nos da también la medida del carácter sobrehumano de Jesucristo, En efecto, es muy difícil que se dé la gracia sin debilidad; la verdad sin severidad; la fuerza sin violencia; la autoridad sin imposición; la proporción sin sin exageración meticulosa; la grandeza sin altivez; la integridad moral sin falso puritanismo; la fortaleza sin opresión; la alegría sin ligerezas; la sociabilidad sin disipación; la espiritualidad sin ascetismo; la responsabilidad sin preocupación excesiva; la libertad, sin libertinaje; la tristeza sin depresión; el fervor sin fanatismo. Vivir a un mismo tiempo, en una misma persona, fortaleza y prudencia, ternura y coraje, amor y pureza etc. es sólo dado a los grandes paradigmas de rectitud, moral, y de equilibrio psicofísico. Unir todos los contrarios virtuosos en perfecta conjugación es propio exclusivamente del Dios-hombre. El fallo, por mínimo que sea, aflora en cualquier instante. Como dice Santiago (3:2) “todos ofendemos (ptáiomen/tropezamos) muchas veces” (Mejor, en muchas cosas).

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¿Qué dicen los ángeles en Apocalipisis?: “¡No, cuidado!… ¡Adora sólo a Dios!” (57).

noviembre 9, 2012 by admin Leave a Comment

“¡No, cuidado!… ¡Adora sólo a Dios!”
“Yo, Juan, soy el que vio y oyó todas estas cosas. Y cuando lo vi y oí, me postré para adorar al ángel que me había estado mostrando todo esto. Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que cumplen las palabras de este libro. ¡Adora sólo a Dios!” (22:8, 9).

Los términos “oyó y vió” – “oyó” se usa 27 veces en el libro, mientras que “vio” se usa 44 veces. Juan era realmente un testigo verdadero de estas cosas.

Sin embargo, dice, “me postré” – La visión de la Jerusalén celestial borra de la memoria de Juan su error anterior, (19:10). Aunque acaba de escuchar la voz de Cristo, se postra delante de su informante.

También los ángeles tienen el privilegio de ministrar la Palabra. Tienen gran dignidad y poder, pero no deben ser adorados. A pesar de lo que el romanismo dice en cuanto a rendirles culto y orar a ellos. Los que ha promovido un culto a los ángeles, confunden y apartan de la salvación a las personas, para que no descubran que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Tm. 2:5).

Otra vez, Juan, obnubilado por la grandeza de lo que está viendo, se deja llevar por un entusiasmo incorrecto, y recibe el reproche merecido. La respuesta del ángel es clara y tajante, como en 19:10. Ellos saben que la adoración le pertenece solo a Dios. Y tienen un santo temor a su presencia. Así que la brusquedad del ángel, no debe sorprendernos, es apropiada para la ocasión.

También me dijo: «No guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca. Deja que el malo siga haciendo el mal y que el vil siga envileciéndose; deja que el justo siga practicando la justicia y que el *santo siga santificándose.» (22:10, 11).

No guardes en secreto – El libro de Apocalipsis tiene que estar abierto, ser leído y entendido. No debemos descuidar su estudio, pues sus enseñanzas animan e inspiran la fe del cuerpo de Cristo. Las instrucciones para Daniel fueron que sellara su profecía “hasta la hora final” (Dn 12:4), ahora Juan estaba viendo su cumplimiento. Entonces hay que proclamarlo!

Vemos a continuación, el significado de algunos términos utilizados por Juan para comprender mejor lo que parece una contradicción en el verso 11 ¿No quiere acaso Dios que todos se salven? ¿A que se refiere entonces?

En el término “malo” (adikón), un participio presente, indica una acción continua. 1 Juan 3:8 usa el participio presente, (poión), “el que practica el pecado (como un principio de vida)”. El malo (o injusto en la RV) puede presentar una apariencia de moralidad y aceptabilidad social, pero es nada más que una fachada de respetabilidad. Dios conoce a su corazón, 1 Samuel 16:7, que es donde reside la verdadera personalidad.

El otro término utilizado es “vil” (o “inmundo” en la VRV) – juparós. Significa “hacerse sucio”. Se habla del individuo que aún se burla de la decencia común. Su vida inmoral es pavoneada delante de todo el mundo. Santiago 1:21 implica una impureza voluntaria, de la cual el creyente se aleja.

Los verbos en el vocativo (aorista), “sea injusto…sea inmundo” (VRV), indica el estado fijo de esos individuos. El estado del justo y del santo es fijo también. No hay separación teológica entre la justicia y la santidad, sólo se hace aquí para destacar la diferencia entre la injusticia y la inmundicia.

Estando el destino de los hombres establecido por Dios, debe quedar claro, que lo que lo define es su propia actitud. De manera que mientras la gracia de Dios siga operando en esta dispensación todavía hay esperanza. Pero una vez terminado este período en el reloj de Dios, ya no habrá mas oportunidades.

Tanto el castigo eterno como la vida eterna no es una ocurrencia divina, sino una consecuencia inevitable. El pecado trae consigo su castigo y la santidad su recompensa delante de Dios. Analicemos nuevamente los vs 14 y 15. Leamos también Mt 13:38. Y veremos con claridad que existen sólo dos clases de personas ,y que solo hay dos destinos establecidos.

Hemos podido apreciar – y esto es un hecho destacable – que todos los desastrosos hechos de la tribulación no cambiarán el corazón de los hombres. El pecador se vuelve más perverso, blasfemo y provocativo. Las tragedias y los cambios en el medio ambiente no dan lugar a conversiones. Si los hombres no permiten que la bondad de Dios les guíe al arrepentimiento, la severidad sólo los endurecerá en su rebelión.

Quizás, entonces luego de lo que hemos visto en este libro, nos preguntamos: ¿cómo debe conducirse entonces el que es justo y santo para Dios?

La respuesta es sencilla, vivir una vida en sumisión al Señor, porque es la desobediencia de la raza humana la que obliga al Señor a juzgar al mundo. El creyente tiene que distanciarse de la rebelión del mundo para guardar los preceptos de la Palabra de Dios. Véase las palabras de Moisés a Josué en 1:7-8.

Adorar en confianza. Teniendo en claro Quién, y qué, es lo mas importante de nuestra vida (Sal. 27:4), el creyente puede apoyarse en las promesas de Dios. Algún día, la necesidad del evangelismo terminará, pero la alabanza durará por toda la eternidad.

Testificar en cada oportunidad, porque el libro no está cerrado, v. 10. El pecador tiene que escuchar que está perdido, que se avecina rápidamente el juicio eterno y que hay una escapatoria, la cruz del calvario. Aguardar en esperanza, porque cada día trae Su venida más cerca. Ademas, esta es la intención de este libro. Despertar en nosotros una actitud de ánimo y esperanza ante el inminente regreso del Señor.

 

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El Misterio de la Encarnación de Cristo (15)

noviembre 2, 2012 by admin 3 Comments

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hasta aquí, llegamos a la conclusión asombrosa de que Cristo era verdaderamente hombre y también verdadero Dios. ¿Cómo puede ser ésto posible? Al leer las Escrituras a veces creemos que solamente es hombre y otras que solamente es Dios. Y sin embargo, al cotejar las Escrituras nos encontramos con que es Dios y hombre a la vez. Entramos aquí a tratar este misterio.

I.D. LA ENCARNACIÓN DE JESUCRISTO – ÚNICA EXPLICACIÓN
Ambas naturalezas, la divina y la humana, se encuentran unidas en su persona, en una unión que es única e inescrutable y que llamamos la encarnación. Cuando Cristo, el “hijo que nos es dado” vino a ser “el niño que es nacido, ” el mismo Dios tomó ropaje humano al nacer en el pesebre de Belén.
Y aunque todas estas pruebas Bíblicas concuerdan y estamos convencidos del hecho, reconocemos que no podemos comprenderlo, porque solamente cuando aceptamos el misterio de la encarnación por medio de la fe, sólo entonces, podremos comprender la vida de Jesucristo y explicar muchas partes de las Escrituras.

¿Por qué era necesaria esta unión divino-humana? Cristo debía ser el perfecto mediador entre Dios y los hombres. Sólo esta identificación divina con la humanidad podía proveer un mediador adecuado. “Su doble naturaleza, unida perfectamente en uno, le hace tener comunión con ambas partes; pues tiene igual dignidad como Dios, y al mismo tiempo perfecta simpatía con los hombres. Siendo hombre, puede El presentar el sacrificio en expiación de los pecadores de los hombres, y siendo Dios, su ofrenda es de inestimable valor, pues Juan nos dice que “él apareció para quitar nuestros pecados y no hay pecado en El.” (Jn. 3:5)

Aquí debemos dejar aclarados 2 puntos:
1) EN CRISTO HAY UNA SOLA PERSONA EN DOS NATURALEZAS.
Así nos enseña claramente el N.T. presentándonos la UNICIDAD de la persona de Jesucristo.
De manera que al hablar de Jesucristo Dios-hombre no queremos decir que el Verbo de Dios se uniera A UNA PERSONA humana, sino que posee una naturaleza humana íntegra y perfecta desde la misma concepción en el vientre de María.
Es decir, Jesús no es hombre que llegó a ser Dios, sino un Dios que llegó a ser hombre (Jn 1:14) sin dejar NUNCA de ser Dios.

2) SE TRATA DE UNA UNION HIPOSTÁTICA
Por lo que se entiende una unión que no sólo es personal sino que se realiza precisamente en el núcleo mismo de la persona, la cual ya PRE-EXISTIA.
Por otra parte esta unión de las dos naturalezas en la encarnación sólo es posible y únicamente se explica por el nacimiento virginal de Jesucristo.
No podrían ser los padres de Jesucristo dos seres humanos, pues El no sería más ni mejor que cualquier otro hombre.
No trataremos de explicar lo inexplicable. Sino que llenos de admiración y fe sencilla aceptamos el veredicto de la Escritura:
“El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” (Lc.1:35).
Resumiendo, entonces, la vida de Jesucristo se explica y está basada en DOS HECHOS EXTRAORDINARIOS que por la fe tenemos que aceptar. SU ENCARNACIÓN y EL NACIMIENTO DE UNA VIRGEN.

 

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La importancia de la palabra profética en Apocalipisis (56).

octubre 5, 2012 by admin 3 Comments

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apocalipisis 22

Versos 6-21

Al ir concluyendo esta gran revelación que el apóstol a recibido, desarrolla ahora, como una recopilación de lo que ya se dijo en el libro, y de donde podemos recordar verdades muy importantes. Tanto como para que no olvidemos, la urgencia de su cumplimiento y la necesidad de estar preparados para este acontecimiento inminente.

Así que, los versículos restantes son mayormente una exhortación sobre lo que ha precedido. Se han terminado las visiones apocalípticas. Ahora le corresponde a Juan el relatar los últimos dichos de varios personajes del libro. Eso sí, como lo hace de una manera algo inconexa, no es fácil identificar a los que hablan. Lo primero que encontramos y que nos llama la atención, son cuatro similitudes entre el prólogo y el epílogo lo que resalta su importancia para los lectores.

-Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza (1:3 con 22:6, 9-10, 18-19).
-Fue escrita por un verdadero profeta inspirado por Dios,
(1:1, 9-10 con 22:8-10).
-Debe ser leída y compartida en las iglesias, (1:3, 11 con 22:18).
-Es para traer aliento al corazón de los creyentes, (1:3 con 22:7, 12, 14).

Luego resalta Juan algunas verdades :
“… el Dios que inspira a los profetas” (v. 6), para enfatizar el origen divino de la inspiración de este libro. El mensajero también ha sido enviado por El. Y esto es importante debido a la urgencia que tiene el mensaje. La profecía está a la puerta. Puede ser hoy mismo!

«¡Miren que vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de este libro.» (22:7).

“pronto” – Sugiere que puede ser en cualquier momento y con acontecimientos sumamente acelerados una vez que sucede el principio de su manifestación.

“vengo” – Un horario fijo que indicara el preciso momento de la venida de Cristo, eliminaría la debida actitud hacia una expectación urgente; esta continua espera, ha sido la característica de los consagrados santos durante los siglos.

“Dichoso” – En la introducción del libro, parece que es Juan quien dice las palabras de 1:3, “Dichoso el que lee”, pero aquí, es el mismo Señor que dice “Dichoso el que cumple…” El libro apela mas bien al individuo que al grupo. La bienaventuranza es también una exhortación que apela a la voluntad, reclamando obediencia.

“El mensaje profético” – El contenido del libro es una proclamación divina y a la vez es una premisa de hechos futuros que serán realizados cuando termine la dispensación de la Iglesia.

 

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Lo Que Grandes Hombres dijeron de Cristo (14).

septiembre 30, 2012 by admin 4 Comments

Tal ha sido el efecto impactante que la persona de Cristo ha tenido sobre la humanidad que creo nos será útil citar, aunque mas no sea solo algunos testimonios históricos de grandes personalidades.

LO QUE NAPOLEÓN DIJO DE CRISTO:

(Esto es generalmente reconocido como palabras genuinas de Napoleón; algunos dudan de su autenticidad).

“Conozco a los hombres, y te digo que Jesús no es hombre. Nos manda creer, y no da más razón que sus temibles palabras: “Yo soy Dios”. Los filósofos tratan de resolver los misterios del universo son sus disertaciones vacías. Necios: son como el niño que llora por tener la luna para juguete. Cristo jamás titubea. Habla con autoridad. Su religión es un misterio pero subsiste por su fuerza propia. El persigue y exige de manera absoluta, el amor de los hombres, la cosa más difícil de conseguir en todo el mundo. Alejandro, César y Haníbal conquistaron el mundo, pero no tuvieron amigos. Yo mismo soy quizás, la única persona de mi época que ame a Alejandro, César y Haníbal. Alejandro, César y Carlomagno y yo hemos fundado imperios pero ¿sobre qué? Sobre la fuerza. Jesucristo fundósu imperio sobre el amor y en estos momentos hay millones que darían sus vidas por El. Yo mismo he inspirado a multitudes de tal manera que habrían muerto por mí; pero para ello era necesario mi presencia. Ahora que estoy en Santa Elena, ¿dónde están mis amigos? Estoy olvidado, pronto a volver a la tierra, y a ser comida de gusanos. ¡Quéabismo el que hay entre la miseria y el reino eterno de Cristo, aquel que es proclamado, amado y adorado, y cuyo reino se estáextendiendo por toda la tierra!

¿Es ésto la muerte? Te digo que la muerte de Cristo es la muerte de un dios. Te digo que Jesucristo es Dios.”

LO QUE DIJO RENÁN DE CRISTO:

“Sean cuales sean las sorpresas del futuro, aún no se ha levantado ni se levantarájamás, otro como Jesús de Nazaret.”

LO QUE DIJO JOSEFO DE CRISTO:

(Era un historiador judío, 37-100 DC – nacido y educado en Jerusalen. Fue General del ejército romano; fue capturado y después de la caída de Jerusalen fue llevado a Roma. Muchos eruditos creen auténtica esta declaración suya acerca de Jesús, pero otros creen que sea una interpolación). Es como sigue:

“Vivió por este tiempo Jesús, un hombre sabio, si en verdad se lo puede llamar hombre, pues fue hacedor de obras admirables. Era el Cristo. Pilato, a instancia de los principales de entre nosotros, le condenó a la cruz. Apareció vivo entre sus seguidores al tercer día. Los cristianos, así llamados por el nombre de El, no se han extinguido hasta este día. “

Tomada del Compendio Manual de la Biblia por H. Halley. Pág.485).

La vida de Cristo ha iluminado e inspirado a los grandes bienhechores de la humanidad. ¿Qué sería de este mundo sin la vida del hombre Cristo Jesús?

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Apocalipsis: ¿Qué haremos en el cielo? (55)

agosto 27, 2012 by admin 7 Comments

Capítulo 22

Las maravillas del cielo

“Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, y corría por el centro de la calle principal de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce cosechas al año, una por mes; y las hojas del árbol son para la salud de las *naciones. Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus *siervos lo adorarán; lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos” (22:1-5).

Continúa El apóstol Juan describiendo para nosotros las maravillas del cielo. En el verso uno, nos imaginamos la gloria y la majestuosidad de ese trono eterno, donde habita la plenitud de Dios. Dice: “… del trono de Dios y del Cordero”, para que no haya duda que son la misma y única persona.

También del mismo trono desciende el río de agua viva que seguramente representa al Espíritu Santo y su obra perfecta desplegada a favor de los creyentes (Jn. 7:37-39; Ap. 7:17)en la tierra, pero que en el cielo será permanente, como todas las cosas celestiales. Así se nos presenta también en esta figura, la expresión completa de la Santísima Trinidad.

La segunda gran figura que nos describe el apóstol es el árbol de la vida. Es por cierto sorprendente la figura que tenemos delante de nuestros ojos. Nos imaginamos esta gran avenida de doble vía, pues dice que el río se sitúa en el centro de ella y a todo lo largo.

Puede ser que el árbol no sea uno solo sino varios, hasta doce conjeturan algunos autores teniendo en cuenta que están situados a “ambos lados” de la ribera del río de la vida. El uso del doce nos lleva de alguna manera hacia una expresión de acabado perfecto, que muestra la gran obra de Dios por amor a su pueblo.

Ya sabemos nosotros que Jesucristo es la vida en plenitud para los que hemos creído. Este árbol nuevamente accesible para el ser humano, representa en alguna manera todo lo que Cristo gano en el Calvario para nosotros. Pues el dijo: “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”.

Aunque dice que su hoja será de sanidad para las naciones. No debemos interpretarlo literalmente, ya que en el cielo no habrá enfermedad. Antes bien, representa y significa la preservación eterna de la vida de Dios en el creyente. Que significa salud física y salud espiritual en un sentido perfecto. Propio de los cuerpos glorificados. Que maravilla pensar que la vida eterna regresa al hombre en el mismo lugar donde la perdió. El paraíso restaurado o completamente nuevo, se encuentra en la misma ciudad celestial.

Y un gran acontecimiento tiene que quedar demostrado y ser declarado sin ambages. ¡Ya no habrá maldición! Recordemos que por el pecado del hombre, la tierra había sido maldecida (Gn. 3:17-19). Así, todo nos da a entender en este contexto que la recuperación del paraíso perdido, en una dimensión todavía mejor se lleva a cabo en el mismo cielo. En semejante estado de perfección espiritual no hay cabida para ninguna maldición. Lo que es perenne en el cielo es la bendición.

Detengámonos ahora, en un servicio muy especial delante del trono, y veamos a los hijos de Dios, levantar un culto al Dios verdadero, donde ofrecerán un servicio continuo de adoración el el cielo….”El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus *siervos lo adorarán;”…..(v, 3b). Bien que como Reyes y sacerdotes ese será nuestro mas grande privilegio (He. 10:2; 12;28; 13:10; 1P. 2:9).

Algunos se preocupan preguntándose: ¿Qué haremos en el cielo? O ¿cuál será nuestra tarea? Lo que podemos comprender es que habrá una continua adoración, pero también que la misma tendrá un alcance eterno que ni siquiera podemos imaginarnos, pues, sobrepasaría nuestro entendimiento humano.

Será todo nuevo y en constante descubrimiento acerca de la persona eterna de nuestro Dios. ¿Nos alcanzará la eternidad para conocer a un Dios tan grande y sublime? También estaremos continuamente sorprendidos por la cantidad de revelaciones y novedades que el tiene preparadas para nosotros.

Sin duda que el cielo no habrá tiempo para aburrirse. Allí de seguro, todas nuestras aspiraciones que no logramos en esta tierra podrán hacerse realidad en un proceso maravilloso trabajando en todos los aspectos de nuestra personalidad. Encajaremos perfectamente en el diseño eterno de Dios para nosotros. ¡Nosotros mismos seremos nuestra mayor sorpresa! Imaginemos…. nuestros cuerpos incorruptibles y sin limites de tiempo y espacio que nos detenga, y en un universo eterno. ¿Aburrimiento? ¡Creo que eso no existe en el cielo! ¡Gloria a Dios por su don inefable!

Pero este relato sigue sumando niveles de emoción:

“… lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente”. Esto es mas de lo que podemos pedir. Nos enseña aquí el Espíritu Santo que en el cielo la comunión eterna con Dios llega a su punto mas íntimo y perfecto. Sabemos que nadie podría ver a Dios directamente a su rostro y quedar vivo (Ex. 33:20), ¿pero qué si lo hacemos a través del sacrificio perfecto y redentor de Cristo? Por supuesto que no aclara aquí hasta que grado le veremos, o soportaremos. Pero si es claro que sólo por su gracia puede permitirnos ver su rostro y adorarle. Estaremos delante de El y le alabaremos.

Esta parte concluye con el verso cinco, con una declaración de la presencia de Dios en su plenitud que todo lo ilumina.

Así, como en el verso tres, vimos a los habitantes del cielo “sirviendo” como sacerdotes; aquí, ahora, los vemos reinando, es decir, como “Reyes”. Así como Cristo continuara reinando por la eternidad como “REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”, así también sus redimidos co-reinarán con El por toda la eternidad. Ese es nuestro destino. Este nuestro mas caro anhelo. ¡Estar siempre con El! Y así, desde lo mas profundo de la eternidad nos llegan estas palabras poderosas, destruyendo a su paso las tinieblas de la noche presente:

“Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos” (v. 5).

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