EL PODER DE CRISTO EN LA CRUZ
La Biblia como Palabra de Dios es un libro inspirador. Desde Génesis hasta Apocalipsis nos aporta todos los elementos necesarios para interpretar la historia humana a traves de un hecho único y trascendental: el hecho concreto e ineludible de la existencia humana de Jesucristo; el hombre diferente: el hombre sin pecado.
Partiendo desde Su persona única y singular, todo nos conduce a la cruz, el punto central para entender la existencia humana sobre la tierra. Desde el mismo momento en que Adán y Eva desobedecieron, el plan redentor de Dios para rescatar a una humanidad perdida empieza a tomar lugar (léa Génesis capítulo 3).
La Cruz es el Centro de la historia
Cuando Jesucristo fue condenado a muerte en la cruz el mundo incrédulo de su época pensaba que estaban ejecutando a un hombre que trastornaba todas sus tradiciones y costumbres. Ellos, a pesar del conocimiento de la ley y de las interpretaciones de sus maestros, no pudieron ver, en las mismas Escrituras que proclamaban defender, que según el plan de Dios, la cruz formaba parte del plan redentor de Dios desde el principio. Tan impactante ha sido el hecho de la cruz de Cristo que a partir de allí la historia se separa en dos etapas diferentes, antes de Cristo y después de Cristo.
La Cosmovisión Cristiana y la Cruz
Toda la maravillosa historia de la redención se refleja en una cosmovisión cuyo centro levanta como un estandarte la misma cruz de Cristo. Todo esto porque sólo en la cruz de Cristo se encuentra el remedio a todos los males que aquejan a la humanidad. Esta es la gran contradicción entre la sabiduria humana y la sabiduría perfecta de Dios. Donde el hombre vió un total fracaso, Dios hizo el milagro mas grande de redención y convirtio el fracaso en victoria. Allí en la cruz y sobre la misma persona de Su Hijo, el Dios Creador estaba tratando con el pecado de cada persona, reflejados en el dolor, la enfermedad y el sufrimiento. Cuando por fe el hombre recibe lo que El ha hecho sobre la cruz, entonces recibe las respuestas a todas sus necesidades. Y como la historia, comienza una nueva vida dejando el pasado (antes de Cristo) y se sumerge en una vida nueva (después de Cristo).
Es apasionante reflexionar sobre todo lo que Dios hace a nuestro favor a través de Cristo muriendo en la cruz. Esto nos trae luz sobre el profundo y trascendental poder de la cruz a causa del Cristo que murió en ella. Es el Hombre santo y sin pecado el que hace a ese madero el simbolo perfecto del amor y la gracia de Dios derramada allí. Veamos entonces algunos hechos reveladores:
1- En la cruz de Cristo Dios revela Su poder.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1 Co 1:18).
Como podemos apreciar, hay dos maneras de ver la cruz. Una es la perspectiva del incrédulo, la otra la del creyente. ¿Por qué esta diferencia? Cuando el hombre cayó en desobediencia perdió su capacidad de ver en el espíritu. Pablo describe esta situación con estas palabras:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;
en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imágen de Dios.” (2 Co 4:3, 4).
La gloria de Dios solo es revelada a los que son salvos a través del arrepentimiento. Por eso “la palabra de la cruz es… poder de Dios”…. El mensaje del evangelio nace en la cruz. Allí está el gérmen de su poder. El amor de Cristo entregando su vida por una humanidad perdida en su pecado. Una que condenó al único hombre sin pecado a morir en la cruz. Sin cruz no hay mensaje. Sin cruz no hay salvación. La cruz es poder de Dios. Y cuando se predica en el poder del Espíritu aún mas se manifiesta ese poder. Es asombroso leer las palabras con las que pablo define esta realidad del mensaje Cristocéntrico del Evangelio. He aquí la definición sublime del mensaje en la expresión de Pablo:
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Ro 1:18).
Así que en la cruz del calvario Dios muestra su poder de dos maneras precisas. Tratando con el problema del pecado, entregando a su hijo por cada uno de nosotros; pero también porque en ese acto nace el mensaje que transformaría para siempre los destinos de la humanidad. El mensaje del evangelio que es poder de Dios para salvación. José Reina
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