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INTRODUCCION A LA BIBLIA

LA FORMACION FINAL DEL NUEVO TESTAMENTO (21)

marzo 29, 2009 by admin 6 Comments

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LA FORMACION DEL NUEVO TESTAMENTO

 

Para llegar entonces, a la recopilación final del Nuevo Testamento acudiremos otra vez a la valiosa información que nos brinda el Manual de H. Halley:

“Eusebio (264-340 DC) obispo de Cesarea e historiador de la Iglesia, vivió durante la persecución de los cristianos bajo Diocleciano, esfuerzo último y desesperado de Roma para borrar el nombre de “cristiano.” Fue encarcelado el mismo. Uno de los objetos especiales de esta persecución fue la destrucción de las escuelas cristianas. Durante diez años los agentes de Roma buscaban las biblias y las quemaban en las plazas. Para los cristianos en aquellos dias horrendos, el asunto de exactamente cuáles libros formaban sus escrituras no era cosa de poca monta.”

 

 

“Eusebio vivió hasta el reinado de Constantino, quien aceptó el cristianismo y lo hizo religión de su corte y del imperio. Eusebio llegó a ser el principal consejero de Constantino en lo religioso. Unos de los primeros actos de Constantino cuando llegó al trono fue ordenar, para las iglesias de Constantinopla, cincuenta biblias que debían preparar copistas hábiles bajo la dirección de Eusebio, sobre la vitela más fina.

 Debían ser llevadas de Cesarea a Constantinopla en carruajes reales. En su orden a Eusebio dice:

“He creído conveniente ordenar a vuestra prudencia que mandes hacer 50 ejemplares de las Sagradas Escrituras cuya provisión y uso sabes es necesarísima para la instrucción de las iglesias, las cuales deberán hacer un pergamino preparado, de manera leíble y en una forma cómoda y portátil, copistas bien versados en su arte…Quedas además autorizado, en virtud de esta carta para usar para su transporte dos de los carruajes públicos; mediante cuya disposición, las copias, una vez terminadas, serán más fácilmente remitidas para mi inspección personal. Puede confiarse este servicio a alguno de los diáconos de tu iglesia, el cual, a su llegada aquí, sabrá de mi liberalidad. Dios te conserve, amado hermano.”

 

 

¿Cuáles libros formaban el Nuevo Testamento de Eusebio? Exactamente los mismos que forman ahora el NT nuestro.

Mediante amplia investigación, Eusebio se informó de cuáles libros habían tenido la acogida general de las iglesias.

En su Historia de la Iglesia habla de cuatro clases de libros:

1- Los universalmente aceptados.

1- Los libros “disputados”: Santiago, II Pedro, Judas, II y III Juan, de los cuales aunque incluidos en las biblias suyas, dudaban algunos.

3- Los libros “espúreos”, entre los cuales cita: “Los hechos de Pablo”, el “Pastor de Hermas”, el “Apocalipsis de Pedro”, la “epístola de Bernabé” y el “didache.”

4- La “falsificación de herejes”, el “evangelio de Pedro”, el “evangelio de Tomás”, el “evangelio de Matías”, los “hechos de Andrés” y los “Hechos de Juan.”

 

 

A toda esta información agreguemos que el CONCILIO DE CARTAGO (397 DC) dio su aprobación formal a los 27 libros del NT tal cual nosotros los conocemos hoy.

No es que este concilio “formó” el canon, sino que reconoció lo que ya era el criterio unánime de las iglesias y que habría heredado también como los 27 libros aceptados por los padres de la iglesia.

 

 

Lo que sí nos tiene que quedar en claro es que tanto católicos como protestantes tienen los mismos libros del canon (vara o regla de medir) y nunca han discutido sobre ellos.

Pero cualquier persona culta sabe que el AT católico añade más libros apócrifos o deuterocanonicos. No por esa diferencia vamos a decir que la biblia católica es “completa” ni que la protestante es “falsa”.

 

 

Sencilla y finalmente toda la historia de las escrituras deja en claro la posición evangélica que acepta 39 libros en el AT y 27 en el NT.

 

 

LIBROS APOCRIFOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Son todos los libros que aparecieron en el siglo I. Eran en su mayoría falsificaciones, como dice un escritor: “Están llenos de historietas absurdas e indignas de Cristo y de los apóstoles, que nunca han sido considerados divinos ni encuadernados en nuestras biblias.” “Son intentos deliberados de llenar los vacíos del NT referentes a Jesús a fin de favorecer pretensiones heréticas mediante asertos falsos.”

 

 

Había en circulación cerca de 50 evangelios espúreos además de muchos “Hechos” y “Epístolas”; ante tal cantidad de escritos falsos se imaginan qué importante se volvió para la iglesia distinguir lo verdadero de lo falso.

Muchos de ellos son el origen de los dogmas de la Iglesia Católica Romana.

 

 

Estos son algunos de los mas conocidos:

El evangelio de Nicodemo, Protoevangelio de Santiago, la Asunción de Maria (culmina con la remoción de su “inmaculado y precioso cuerpo” al paraíso), el evangelio según los Hebreos, el evangelio Seudo-Mateo, el evangelio de Tomás, la natividad de Maria, el evangelio árabe de la niñez, el evangelio de José el carpintero, Apocalípsis de Pedro, los Hechos de Pablo, los Hechos de Pedro, los Hechos de Juan, los Hechos de Andrés, los Hechos de Tomás, Carta de Pedro a Santiago, la epístola de Laodicea, Cartas de Pablo a Séneca, y las cartas de Abgaro.

 

La característica de todas estas narraciones es que vagan en lo absurdo y fantasioso, otras son para promover falsas doctrinas y herejías.

 

 

ESCRITOS DE LOS PADRES APOSTOLICOS

Estos no deben confundirse con los libros falsos anteriormente enumerados.¿Quiénes eran los padres apostólicos? Fueron los contemporáneos parciales de la generación apostólica. De ahí la importancia histórica de sus escritos como testimonio de la veracidad del NT para los cristianos.

 

 

Como pueden apreciar, conforman el eslabón de unión entre los apóstoles y la historia posterior de la iglesia.

Algunos fueron tan altamente estimados que en algunos lugares y por algún tiempo se les consideró parte de la escritura.

Son los siguientes:

-Epistola de Clemente a los Corintios (95 DC). Clemente fue obispo de Roma, compañero de Pedro y Pablo y se cree que conoció a Juan.

-Epístola de Policarpo a los Filipenses. Cerca del 110 DC, era discipulo de Juan y obispo de Esmirna.

-Epístola de Ignacio, en el 110 DC aproximadamente. Fue alumno de Juan y obispo de Antioquia. Escribió 7 epístolas y padeció el martirio.

-La epístola de Bernabé. Escrita entre el 90 y 120 DC. Algunos creen que haya sido el Bernabé del NT pero otros lo dudan.

-Los fragmentos de Papías. Era obispo de Hierápolis y padeció el martirio por el mismo tiempo que Policarpo.

-La Didache o enseñanza de los doce, o más extensamente, la enseñanza del Señor por medio de los doce apóstoles a los gentiles. Es una declaración de un autor desconocido.

-El pastor de Hermas. Es el ejemplo más antiguo de una alegoría cristiana. Era el peregrino de la iglesia primitiva.

-La apología de Aristides. Filósofo de Atenas. Escribió una “defensa del cristianismo” a Adriano en el 125 DC. Es el más antiguo tributo literario de un filósofo al cristianismo que se conoce. Es de Atenas, cuna de la filosofia.

-Justino Mártir. (100-167 DC). Un filósofo que después de haber probado las filosofias estoicas, peripatética, pitagórica y platónica, halló satisfacción final en el cristianismo.

-Segunda epístola de Clemente. Entre el 120 y el 140 DC.

-La epístola de Diogueto. Un autor que reclama su discipulado de los apóstoles.

Concluimos entonces que los escritos de los Padres Apostólicos son fuentes importantes para sumar veracidad a los escritos del Nuevo Testamento y una visión más amplia para el estudiante de la biblia.

 

 

El conocimiento de todo este material tiene como fin que cada cristiano pueda saber presentar con claridad la explicación debida acerca de la inspiración de la biblia como libro de Dios.

 

Pero es también sentar una base firme para el comienzo a un estudio más serio de la biblia. Perderle el temor al estudio detenido y serio de la palabra. Lo cual también evitará que por ignorancia no demos un buen testimonio de la verdad. ¿Qué buen testimonio puede dar un cristiano que no conoce bien su biblia?

 

 

Estamos ante el maravilloso desafío de conocer mas a la persona de Cristo estudiando su palabra. Me uno contigo en oración para que se cumpla en nosotros el reto del Apóstol Pablo:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, QUE USA BIEN LA PALABRA DE VERDAD…” (II Ti. 2:15).

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EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO (20)

marzo 23, 2009 by admin 3 Comments

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CAPITULO VI

EL CANON DEL NUEVO TESTAMENTO

Ya vimos el significado de la palabra “canon” y como las iglesias cristianas, desde el comienzo, aceptaban los escritos judaicos como la Palabra de Dios y les daban en sus asambleas el mismo lugar que habían tenido en la sinagoga.

Así a medida que aparecieron los escritos apostólicos se los añadía a las Escrituras hebreas y se los respetaba con misma veneración sagrada. Además, cada iglesia poseía no solamente lo que se le había escrito directamente si no que agregaban copias de las demás, escritas a las otras iglesias.

 

 

A) COMIENZOS NEOTESTAMENTARIOS DEL CANON

En el mismo NT vemos que, viviendo aún los apóstoles, ya hay indicaciones para que las iglesias formaran colecciones de los escritos y los colocaran a la par del canon hebreo.

 

–Pablo reclamaba tener la inspiración de Dios en sus enseñanzas (I Co. 2:7-13; 14:37; I Ts. 2:13.)

–Igualmente Juan, respecto al Apocalipsis (1:2)

–Pablo sugirió que sus espístolas se leyeran en las iglesias. (Col. 4:16; I Ts. 5:27; II Ts. 2:15)

–Pedro escribió con el fin de que “estas cosas” permanecieran en las iglesias “después de su partida” (II P. 1:15; 3:1,2)

–También citó como escritura del NT en I Ti. 5:18: “Digno es el obrero de su salario.” frase que no encontramos en ninguna parte de la biblia sino en Mt. 10:10 y Lc. 10:7, lo que evidencia que uno de estos ya existía cuando Pablo escribió la primera carta a Timoteo y de que se le tenía por “Escritura.”

–También Pedro incluye las epístolas de Pablo con “las otras escrituras” (II P. 3:15,16)

 

 

Hasta donde los apóstoles eran conscientes de que sus escritos legarían a ser parte de las Escrituras Sagradas para el futuro, no lo sabemos. Ellos escribieron muchas cartas teniendo presente necesidades del momento y sin saber su destino posterior. Pero al leer sus escritos notamos en sus palabras una sabiduría tan especial y trascendente que sólo la misma inspiración del Espíritu Santo podría darles. Sin duda que sus escritos tenían “vida” y el sello del mismo Espíritu, por lo que es notable que ninguna iglesia los rechazara o discutiera su legitimidad.

Además, es claro que el mismo Dios a “su manera” determinó cuales de todos los escritos debían conservarse.

 

 

B) LAS PRIMERAS COLECCIONES ERAN INCOMPLETAS

Los medios de comunicación no tenían la velocidad y eficacia de hoy. Los viajes eran lentos y sumamente peligrosos. Lo que hoy lleva un viaje de una o dos horas en avión, en ese entonces lo era de meses o años. Tampoco se conocia la imprenta y el hacer constantemente copias a mano era un trabajo lento y laborioso. A eso debemos sumarle que era una época de persecución por lo que los escritos debían ser celosamente escondidos, para no ser destruidos, como pasó en cientos de ocaciones.

 

Así, hasta la época de Constantino tampoco había reuniones o asambleas públicas o concilios donde cristianos de distintos puntos geográficos pudieran reunirse y comparar sus informes de los escritos que tenían. Entonces las primeras colecciones del Nuevo Testamento variaron de una región a otra en cuanto a la cantidad de libros que iban poseyendo y por otra, “reconociendo” como Palabra de Dios. Se imaginan entonces, que el proceso de llegar a la “unanimidad” del NT era muy lento.

     

C) LIBROS FALSOS O DUDOSOS

Además de los que se iban reconociendo, había muchos “libros” (o escritos) más, tanto buenos como fraudulentos, como veremos mas adelante. Algunos eran tan buenos y valiosos que por algún tiempo se los consideraba como de “Las Escrituras”. Y otros eran unas falsificaciones a todas luces. En ésto es de suma importancia que la gran norma por la cual se juzgaba a un libro antes de aceptarlo, era si tenia procedencia apostólica genuina.

El estudio de los mismos no siempre era fácil, más cuando se trataban de escritos poco conocidos y de regiones sumamente distantes.

     

D) TESTIMONIOS CONTEMPORANEOS DE LOS ESCRITOS DEL NT

Existían pero son pocos, en parte por el material que se usaba para escribir que pronto se destruía con el tiempo. Pero también por la gran destrucción de los escritos cristianos en la persecución.

Pero aunque sean pocos, son un testimonio de la existencia en sus días de un grupo de escritos autoritativos a los cuales los cristianos consideraban como “Las Escrituras” y abundan en alusiones y citas del NT.

 

Por ejemplo, citaremos sólo algunos:

Policarpo, en su carta a los Filipenses cerca del 110 DC cita Filipenses y reproduce frases de otras nueve epístolas de Pablo y de I Pedro dice: “Tengo cartas vuestras y de Ignacio. Enviaré la vuestra a Siria, como pides. Y os mando la carta de Ignacio y otras y la presente carta mía.” Lo que indica que en la época de Policarpo las iglesias ya habían comenzado a coleccionar copias de escritos cristianos.

Papías, era alumno de Juan (70-155 DC) y escribió una “explicación de los discursos del Señor” en que cita de Juan y relata tradiciones de Mateo y Marcos en cuanto a su origen.

Ignacio, en sus siete cartas escritas cerca del 110 DC durante el viaje de Antioquía a Roma para su martirio, cita Mateo, I Pedro, y I Juan. Menciona a epístolas de Pablo y sus cartas revelan huellas de los otros tres evangelios.

Tertuliano, (160-220) de Cártago, quién vivía mientras los manuscritos originales de las epístolas aún existían, habla de las Escrituras Cristianas como el NT (título que aparece por primera vez en los escritos de un autor desconocido de cerca del 193 DC). En las obras existentes de Tertuliano hay 1800 citas de los libros del NT en su obra “Contra Herejes” dice:

“Si queréis ejercitar vuestra curiosidad con provecho en el asunto de vuestra salvación, visitad las iglesias apostólicas en donde las sillas mismas de los apóstoles todavía presiden en sus sitios; en las cuales se leen sus propias y autenticas epístolas, haciendo resonar la voz y representarse el rostro de cada uno de ellos. ¿Os queda cerca Acaya? Tenéis a Corinto. Si no estáis lejos de Macedonia, tenéis a Filipos y a Tesalónica. Si podéis ir a Asia tenéis a Efeso. Si estáis cerca de Italia, tenéis a Roma.”

Estas son sólo algunas citas de los llamados Padres de la Iglesia y que en parte fueron contemporáneos de los apóstoles con el fin de poder ver en general la seriedad con que se fue formando el canon del NT.

 

 

Por supuesto que también hay citas de escritos herejes donde se citan libros del NT para apoyar esas herejías como es el caso de Basilides, un hereje gnóstico que enseñó en Alejandría (117-138).

Marción, otro hereje cerca del 140 DC que formó un canon propio para favorecer su herejía. Por supuesto, ustedes pueden profundizar la investigación si lo desean. Nosotros continuaremos ahora con la recopilación final del NT.

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¿LIBROS APOCRIFOS EN LA BIBLIA? ¿POR QUE? (19)

marzo 17, 2009 by admin 69 Comments

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LOS LIBROS APOCRIFOS

 

Ahora recién estamos en condiciones para entrar a estudiar los llamados libros apócrifos o deuterocanónicos, como son llamados en la las biblias católicas. Y esta palabra quiere decir: “después del canon” y por lo tanto reconocidos en todo el mundo como apócrifos. A su vez ésta es una palabra griega que significa “ocultos” o “secretos” y que se adoptó por que precisamente la fecha de los mismos, su origen y la paternidad literaria de ellos era sumamente dudosa.

 

 

Tuvieron su origen entre los siglos 1 al 3 AC. La mayoría son de procedencia ignorada y fueron añadidos a la Septuaginta o traducción griega del AT ya que como vimos anteriormente, no estaban en el AT hebreo.

 

Estos libros fueron escritos principalmente en el período intertestamentario, es decir entre Malaquías y Mateo. Ahora es importante tener en cuenta que a este período se le llama el tiempo de “silencio de Dios” ya que cesaron las profecías, los oráculos y la revelación de Dios.

Los judíos nunca reconocieron estos libros como parte de las escrituras hebreas. Josefo los rechaza directamente y como ya dijimos Jesús nunca los citó y no aparecen en todo el NT. Tampoco fueron reconocidos por la Iglesia primitiva como de autoridad canónica.

 

 

El detalle técnico a tener en cuenta para comprender bien el porqué de su aparición. Es que cuando la biblia fue traducida al latín en el siglo II, DC el AT se tradujo no del hebreo sino de la versión Septuaginta griega. “De la Septuaginta estos libros apócrifos pasaron a la traducción latina y luego a la Vulgata latina, que llegó a ser la versión común de Europa hasta la época de la reforma.”

 

 

“Los protestantes que basaban su movimiento sobre la autoridad divina de la Palabra de Dios rechazaron enseguida estos libros apócrifos por no ser parte de aquella, tal como había hecho la iglesia primitiva y los antiguos hebreos.” (Manual de Halley).

 

 

Debemos agregar que en el siglo IV cuando San Jerónimo hizo la revisión de la versión latina, que contenía los apócrifos, tuvo sumo cuidado en indicar a través de prefacios a estos libros que no se hallaban en el canon hebreo, agregando que no debían ser usados “para establecer cualquier doctrina.”

Desgraciadamente los copistas de los manuscritos de la Vulgata latina pasaron por alto todos esos prefacios, provocando la confusión de donde estaba el canon hebreo y donde no estaba. Como consecuencia, muchos Padres de la iglesia no hicieron la distinción debida cuando en sus escritos citaban tanto de los libros canónicos como de los apócrifos indistintamente.

 

 

Por supuesto que esta confusión, como ustedes ya habrán notado, persiste hasta el día de hoy.

Así llegamos hasta el 8 de abril de 1546 hasta el famoso CONCILIO DE TRENTO en el que la Iglesia Católica Romana puso el sello de “su autoridad” en esos once libros apócrifos (o parte de ellos) y decretó ANATEMA cualquiera que no los recibiera, según la biblia Vulgata latina con los demás libros sagrados y canónicos.

 

 

Según puede verse claramente, ésta fue una determinación de la Iglesia Católica para detener el movimiento protestante.

De los libros que declaró canónicos, sólo omitió III y IV Esdras y la Oración de Manases, y que aún permanecen en las versiones católico romanas.

 

 

Daremos una breve síntesis de estos libros según el Manual de Halley:

III ESDRAS

Muchas biblias católicas llaman al libro de Nehemías: II Esdras. III Esdras es una recopilación de pasajes de Esdras, II Crónicas y Nehemías y de leyendas acerca de Zorobabel.

 

 

IV ESDRAS

Pretende contener visiones dadas a Esdras referentes al gobierno divino del mundo, una nueva era venidera y la restauración de ciertas escrituras perdidas.

 

 

TOBIAS

Una novela completamente desprovista de valor histórico y llena de prácticas supersticiosas, acerca de un joven israelita, cautivo en Nínive que fue guiado por un ángel a casarse con una “virgen viuda” cuyos siete esposos habían sido muertos por un demonio.

 

 

JUDITH

Otra novela de una judía rica, viuda y hermosa que en los días de la invasión babilónica llegó a la tienda del general babilónico y simulando enamorarse de él, le cortó la cabeza y de esta manera salvó la ciudad en donde habitaba.

 

 

ESTER 10:4-13; CAPS 11-16

Pasajes acuñados a la versión Septuaginta del libro de Ester, principalmente para mostrar la mano de Dios en el relato. Estos fragmentos fueron recogidos y agrupados por San Jerónimo.

 

 

SABIDURIA

Muy similar a ciertas partes de Job, Proverbios y Eclesiastés. Una especie de fusión del pensamiento hebreo y de la filosofía griega. Escrito por un judío de Alejandría que se hace pasar por Salomón.

 

 

ECLESIASTICO

También llamado “Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac.” Se parece al libro de Proverbios. Escrito por un filosofo judío que había viajado mucho. Da reglas de conducta para todos los detalles de la vida cívica, religiosa y doméstica. Alaba a una larga lista de héroes del AT.

 

 

BARUC

Este libro pretende ser escrito por Baruc, el escriba de Jeremías a quien representa como pasando los últimos años de su vida en Babilonia. Se dirige a los exiliados. Su contenido es principalmente parafraseado de Jeremías, Daniel y otros profetas más una vehemente denuncia de la idolatría.

 

 

CANTO DE LOS TRES JOVENES (Daniel 3:24-90)

Un añadido apócrifo al libro de Daniel que pretende ser la oración de los tres amigos de Daniel en el horno de fuego y su canto triunfal de ser librados.

 

 

HISTORIA DE SUSANA (Daniel 13)

Otro añadido al libro de Daniel. Relata como la esposa piadosa de un judío rico en Babilonia, falsamente acusada de adulterio, fue liberada mediante la sabiduría de Daniel.

 

 

BEL Y EL DRAGON (Daniel 14)

Otro añadido apócrifo al libro de Daniel. Dos historias en las cuales Daniel demuestra que los ídolos Bel y El Dragón no son dioses. Una se basa en el relato del foso de los leones.

 

 

ORACION DE MANASES

Pretende ser la oración de Manases, Rey de Judá, cuando estuvo cautivo en Babilonia (II Cr. 33:12,13). De un autor desconocido, probablemente del primer siglo AC.

 

 

I MACABEOS

Otra historia de gran valor sobre el período Macabeo, que cuenta eventos de la heroica lucha de los judíos para su independencia, 175-135 AC. Escrito alrededor del 100 AC por un judío de Palestina.

 

 

II MACABEOS

Este es también un relato de la lucha de los Macabeos pero se limita al período 175-161 AC. Profesa ser una abreviación de una obra escrita por un tal Jasón de Cirene, de quien nada sabemos. Complementa a I Macabeos pero es inferior a él.

 

 

OTROS ESCRITOS

Ademas de los libros apócrifos mencionados, hubo otros escritos del período entre el siglo 2 AC y el 1 DC. Generalmente son de estilo apocalíptico y en el que su escritor “toma el nombre de algún héroe muerto mucho antes, y relata la historia como si fuese profecía.”

Se componen de una trama de visiones que profesan derivar de personas de las escrituras más antiguas, llegando a relatos por lo demás fantasiosos. Hablan mucho del Mesías venidero. El padecimiento vivido en el período Macabeo acrecentaba la expectativa judía de su venida. Su base estaba dada en parte por tradiciones inciertas y por detalles imaginarios.

 

 

Estos son algunos de ellos:

LOS LIBROS DE ENOC

Un grupo de fragmentos de varios autores desconocidos, escritos en los siglos 1 y 2 AC que contienen revelaciones que se dicen haber sido dadas a Enoc y a Noé. Tratan del Mesías venidero y del Día del Juicio.

 

 

LA ASUNCION DE MOISES

Escrito por un fariseo cerca del tiempo del nacimiento de Cristo. Contiene profecías que se atribuyen a Moisés y que confió a Josué cuando estaba próximo a morir.

 

 

LA ASCENCION DE ISAIAS

Un relato legendario del martirio de Isaías y algunas de sus supuestas visiones. Se cree que haya sido escrito en Roma por un judío cristiano, durante la persecución de Nerón a los judíos.

 

 

LIBRO DE JUBILEOS

Un comentario sobre el Génesis escrito probablemente en el período Macabeo o poco después. El nombre proviene de su sistema de calcular los tiempos que se basa en los períodos de 50 años de los jubileos.

 

 

SALMOS DE SALOMON

Un grupo de cánticos acerca del Mesías venidero, escritos por un fariseo desconocido, probablemente poco después de la época Macabea.

 

 

TESTAMENTO DE LOS 12 PATRIARCAS

Un producto del siglo 2 AC que pretende dar las instrucciones de los 12 hijos de Jacob a sus hijos al morir. Cada uno relata la historia y las lecciones de su propia vida.

 

 

LOS ORACULOS SIBILINOS

Escritos en la época Macabea con añadidos posteriores en imitación del estilo de los oráculos griegos y romanos. Trata de la caída de los imperios opresores y del amanecer de la era mesiánica.

 

 

Aquí terminamos con la breve consideración de los libros apócrifos, sin olvidarnos que la biblia menciona otros libros que nunca llegaron a nuestras manos. Esos libros son:

El libro de las guerras del Señor. Nu. 21:14.

El libro de Jaser. Jos. 10.13.

El libro de Natán el profeta. I Cr. 29:29.

El libro de Gad el vidente. I Cr. 29:29.

La profecía de Abías Silonita. II Cr. 9:29.

Las visiones de Iddo el vidente. II Cr. 9:29.

 

 

Cuando leemos expresiones como “ahora el resto de los hechos de Salomón, primeros y posteriores, ¿no están escritos en el libro de Natán el profeta, y el de la profecía de Abías silonita y en las visiones de Iddo el vidente?” (II Cr. 9:29) recibimos una sencilla declaración registrada por el Espíritu Santo de que además de un relato inspirado que nos muestran estas grandes verdades, había otros relatos más completos de los grandes hechos de Salomón, pero las mismas palabras empleadas quieren darnos a entender que el relato que contiene la biblia es todo lo que Dios mismo considera necesario conservar para nuestra instrucción.

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¿BIBLIA CATÓLICA O PROTESTANTE? (18)

marzo 7, 2009 by admin 12 Comments

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CAPITULO V

EL CANON DEL ANTIGUO TESTAMENTO

 

 

Aquí empezamos a desarrollar otro tema sumamente importante, relacionado con la biblia. En primer lugar porque nos va a responder acerca de una duda generalizada y que causa mucha confusión. ¿Por qué las biblias católicas tienen otros libros que no tienen las protestantes? La verdad que el tema es largo así que trataremos de ordenarlo de la manera más sintética y clara posible. Por eso comenzamos con el AT y luego de dilucidado éste lo haremos con el NT.

 

 

La palabra “canon”, que significa literalmente “caña” o “vara de medir”, fue usada para denominar la lista de los libros reconocidos como la palabra “inspirada de Dios” para distinguirlos de entre todos los demás libros como la “regla de fe.”

 

 

Cómo ya vimos anteriormente a medida que Dios se fue revelando “progresivamente” a la humanidad, de manera paralela, El fue preparando la formación del libro que había de ser el medio de la revelación en si mismo.

 

 

Así tenemos por ejemplo, muy temprano en la historia, los diez mandamientos, grabados en piedra, Dt. 10:4,5.

 

-Las leyes de Moisés escritas en un libro, fueron guardadas al lado del arca. Dt. 31:24-26.

-También se hicieron copias de este libro. Dt. 17:18.

-Josué añadió al libro. Josué 24:26.

-Samuel escribió en un libro y lo guardó delante de Dios, I S. 10:25.

-Este libro era bien conocido 400 años después. II R. 22:8-20.

-Los profetas escribieron en libros. Jer. 36:32; Zac. 1:4; 7:7-12.

-Luego vemos también que Esdras leyó este libro de la ley públicamente. Esd. 7:6; Neh. 8:5.

 

 

De esta manera llegamos al tiempo de Jesús donde éste libro se le llama “LA ESCRITURA” y era leído públicamente y enseñado con regularidad en las sinagogas. De manera que era recibido entre el pueblo como Palabra de Dios. Y tengamos en cuenta que el mismo Jesús compartió este pensamiento y lo llamó repetidamente por ese nombre.

 

 

Es sumamente llamativo que el NT contiene unas 300 citas de estas “Escrituras” y también que no cita de ningún otro libro fuera de ellas, salvo únicamente las palabras de Enoc, que aparecen en la epístola de Judas.

 

 

Recordemos que muchas de estas citas se hacen de la versión Septuaginta del AT que estaba en uso general en la época de Jesús y aún cuando esta versión contenía los libros apócrifos, no aparece en el NT ninguna cita referente a los mismos. Esto es también una evidencia de que ni Jesús ni los apóstoles reconocieron a los libros apócrifos como parte de LAS ESCRITURAS.

 

 

Es muy importante para nosotros que estas escrituras se componían de 39 libros que son los mismos que figuran hoy en nuestro AT. La única diferencia era la manera en que estaban ordenados:

Se les llamaba LA LEY a los primeros cinco libros: GENESIS, EXODO, LEVITICO, NUMEROS Y DEUTERONOMIO.

 

 

LOS PROFETAS incluía: JOSUE, JUECES, SAMUEL, REYES, ISAIAS, JEREMIAS, EZEQUIEL Y LOS PROFETAS MENORES.

 

 

LOS ESCRITOS que se componían de: SALMOS, PROVERBIOS, JOB, CANTARES, RUTH, LAMENTACIONES, ECLESIASTES, ESTHER, DANIEL, ESDRAS, NEHEMIAS Y CRONICAS.

 

 

De esta manera ustedes notaran que hacen 24 libros, tal como los clasificaban los hebreos. ¿Y por qué 24 y no 39? Sencillamente porque combinando los dos libros de Samuel, dos de Reyes, dos de Crónicas y Esdras y Nehemias como uno, y los 12 profetas menores (que se escribían en un solo rollo) en uno, hacen 24 que son exactamente los mismo 39 del AT nuestro.

 

 

Ahora bien, hasta aquí seguramente nos bien dando vuelta en la mente la pregunta: ¿Quién fue el que determinó la canonicidad de estos libros como regla final? La verdad es que no hay una respuesta concreta acerca de como este grupo de libros se completó y fue puesto o considerado aparte como la palabra “reconocida” de Dios. La tradición judía le atribuye a Esdras esta recopilación y selección final de los libros.

 

 

Ahora notemos como hemos visto antes, que nosotros creemos que a medida que los libros iban siendo escritos, comenzando desde Moisés, ya fueron en su propia época reconocidos, como inspirados, por Dios mismo y guardados en el tabernáculo, o en el templo según se iban acumulando. Uno también se imagina que en el cautiverio babilónico, por ejemplo, muchos de estos escritos se perdieron.

 

 

Fue Esdras quien al regreso del cautiverio reunió los ejemplares dispersos y los devolvió como grupo completo a su lugar en el templo, de allí se harían copias de copias para las sinagogas de los distintos lugares donde estaban dispersados los judíos.

 

 

Tomamos un texto interesante del “Compendio Manual de la Biblia” de Henry H. Halley quien se refiere a un texto escrito por el gran historiador judío del primer siglo, quien dice lo siguiente:

 

“Tenemos solamente 22 libros que contienen la historia de todos los tiempos, los cuales se consideran divinos. De éstos, cinco pertenecen a Moisés y contienen sus leyes y las condiciones del origen de la humanidad hasta el tiempo de su muerte. Desde la muerte de Moisés hasta el reino de Artajerjes. Los profetas que sucedieron a Moisés escribieron la historia de los eventos que ocurrieron en sus propios tiempos en 13 libros. Los restantes 4 libros son de himnos a Dios y preceptos para la conducta de la vida humana. Desde los días de Artajerjes hasta nuestros propios tiempos, todo evento en verdad ha sido registrado; pero estos registros recientes no se han tenido por dignos de igual crédito que aquellos que los precedieron por cuanto no ha habido una exacta sucesión de profetas.

En esto hay demostración práctica del espíritu en el cual tratamos nuestras Escrituras; pues aún cuando ha ocurrido tan grande intervalo de tiempo, nadie se ha atrevido a añadir ni quitar ni cambiar una sola sílaba. Y es instintivo de todo judío, desde el día en que nace, considerar a estas escrituras como enseñanza de Dios, persistir en ellas y si fuere necesario, gustosamente dar sus vidas por ellas.” (Flavio Josefo).

 

 

Como pueden ver este testimonio es de suma importancia. Josefo nació en el 37 DC en Jerusalem, de la aristocracia sacerdotal.

Recibió una educación esmerada, tanto en la cultura judía como en la griega. Además fue gobernador de Galilea, y comandante militar en las guerras de Roma, y estuvo presente en la destrucción de Jesusalem. Fue llevado a Roma donde se dedico a actividades literarias. Así escribió cuatro libros: “Las guerras de los Judíos,” “Antigüedades de los Judíos”, “Contra Apión” (de donde tomamos esta cita) y su “Autobiografía.”

 

 

Estas palabras de Josefo son testimonio inexcusable de la creencia de la nación judía de la época de Jesús, acerca de cuales libros constituían las escrituras hebreas y de que aquella colección de libros se había completado y cristalizado desde hacia 400 años antes de sus días.

 

 

Claro que aquí surge otra cuestión: ¿Cómo dice Josefo que los libros son 22?, ¿No habíamos dicho que los judíos contaban 24?.

 

 

Lo que sucede es que a veces Rut se escribía en un rollo aparte y a veces en el de Jueces. Lamentaciones a veces ocupaba un rollo aparte y a veces se escribía con Jeremías. Por ello generalmente el número total de rollos se reducía a 22. Y ésto tenía un propósito intencionado, que era conformarlo al número de letras en el alfabeto hebreo.

También debemos tener presente que los traductores de Septuaginta re clasificaron los libros de acuerdo a su contenido, arreglo que han seguido los traductores latinos y modernos.

Por ello podemos notar que aunque los libros de nuestro AT son idénticos a los libros de las escrituras hebreas, no están clasificados en el mismo orden y no se los llamó Antiguo Testamento, hasta después de la terminación de las “Escrituras Cristianas”, para diferenciar entre ambos.

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EL SIGNIFICADO Y MODO DE LA INSPIRACION (17)

marzo 3, 2009 by admin 5 Comments

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EL SIGNIFICADO Y EL MODO DE LA INSPIRACION

 

 

 

 

Bien, creo que con lo dicho hasta aquí tenemos bastante introducción ¿verdad? Por lo tanto de aquí en adelante comenzaremos a ordenar en un resumen todo lo que hemos visto de manera general, lo que sin duda les facilitará a ustedes el estudio.

 

 

a- El significado de la inspiración

 

 

Esto ya lo vimos al comienzo de la introducción en cuanto a las acepciones de la palabra. Aquí solo repetiremos que la palabra griega que más se aproxima a la palabra “inspiración” (theopneustos o “exhalado de Dios”) aparece una sola vez en la Biblia. En término significa más bien “exhalado” que “inspirado” y se refiere a los escritos de autores especialmente controlados y guiados por el Espíritu Santo.

 

 

b- El modo de la inspiración

 

Aquí surge otro aspecto de la limitación ya que una definición exacta del modo es obviamente imposible, de la misma manera que no podríamos explicar en manera alguna el modo del nacimiento milagroso de Jesús.

 

 

Sin embargo, es muy importante que no tengamos una idea errada sobre los puntos que pasaremos a ver ahora:

 

 

1-La personalidad del escritor humano no fue anulada.Muchos de los libros dejan entrever con claridad rasgos de la personalidad del autor, tanto su cultura como su preparación eran utilizados por el Espíritu Santo para una mejor transmisión del mensaje.

 

 

2- Dios eligió deliberadamente hombres de todas las esferas de la sociedad, y los preparó mediante experiencias diversas, a fin de que el mensaje bíblico fuera lo más cercano posible a las variadas circunstancias de la vida humana.

 

 

3- Deja ver claramente que la escritura nunca fue “mecánica” (ej. estilo dactilógrafo) y que los autores fueron meros amanuenses, como algunos erradamente suponen. Al contrario, Dios que respeta nuestra personalidad, dio libertad a que los procesos de pensamientos de los escritores humanos no fueran anulados. Por eso notamos que el estilo literario de cada libro es inconfundible con el autor.

 

 

4- En cuanto a todo el material que el escritor utilizaría, por ej. genealogías, estadísticas y documentos que obraban en su poder (ej. Lc. 1:1-4) los escritores mismos afirman que el Espíritu Santo controló al escritor a fin de que no introduzca defecto humano alguno (como historia falsa, descripciones imprecisas o doctrinas erradas) de tal manera que viciara la revelación contenida en el escrito o echara a perder su autoridad.

 

 

5- Dejamos hasta aquí el aspecto más importante para concluir diciendo que: La inspiración bíblica es verbal, es decir que el mensaje “exhalado por Dios” es presentado en palabras y palabras que fueron aprobadas por el Espíritu Santo y tal como fueron expresadas por el escritor.

Nos volvemos a detener aquí para aclarar que lo que estamos diciendo no es, que cada palabra fuera “dictada mecánicamente” sino todo lo contrario.

 

El autor describió en lenguaje humano, lo que vio y oyó del mensaje de Dios, aplicando concientemente su mente a la descripción y guiado, por cierto, por la iluminación del Espíritu Santo que se ocupó de que el escritor hallara las palabras adecuadas.

 

Podríamos continuar hasta la infinidad con datos detallados acerca de la validez de la inspiración. Sin embargo, nada de ésto convence a los que falsamente se llaman “ateos” o “escépticos” pues ellos cierran sus ojos a la realidad.

 

En primer lugar porque sus corazones no han sido regenerados por el Espíritu Santo y permanecen en tinieblas sin poder “ver” la realidad espiritual.

 

Y en segundo lugar por su arrogancia, producto del orgullo de su corazón, como lo expresa el salmista: “dice el necio en su corazón no hay Dios…”

 

Sólo aquel que tiene el Espíritu Santo puede detenerse a considerar los misterios de Dios. La dificultad de la mente para captar la naturaleza y medida de la inspiración, se debe al hecho de que estamos tratando con una combinación de lo humano y lo divino.

 

Repetimos, dondequiera que esté Dios, hay misterio.

 

Pero es precisamente este elemento lo que constituye la gran gloria de la revelación cristiana.

 

Existe la necesidad de una mezcla misteriosa de lo divino y lo humano en el libro.

 

Es indubitable que Dios habla en la biblia pero a El le ha placido hacerlo en ropaje humano muchas veces, en lenguaje de los hombres, porque a los hombres se dirigía y ha sintonizado la música de su mensaje a los tiempos, los idiomas, los individuos, los temperamentos; más el sello, el soplo de su espíritu permanece.

 

Por ello si los amigos de Job han hablado y sus palabras están dentro del libro inspirado, allí mismo Dios les dice: “No habéis hablado por mí con rectitud…” (12:8).

 

 

Bien, con todo esto ensayaremos una definición de la inspiración que contiene todos los elementos de las que hemos tratado y que nos ayudará memorizarla, pero ahora, comprendiendo cada frase.

 

 

“La inspiración es la acción del Espíritu Santo que obra en los escritores sagrados y los impulsa a escribir la revelación que recibieron de Dios para que los demás hombres puedan conocerla de manera inerrable e infalible.”

 

 

Conclusión:

 

 

Podemos todavía terminar haciendo algunas conclusiones importantes que nos ayudarán para responder a los “desconfiados de turno” que siempre encontraremos.

 

 

En primer lugar: es maravilloso pensar que en la misma biblia el Espíritu Santo se anticipa a decirnos que las palabras de Dios no vinieron por la voluntad o deseo del hombre, sino que fueron “movidos” precisamente por el Espíritu Santo según leemos en II Pedro 1:21.

 

 

En segundo lugar: no es de extrañar que el Señor Jesucristo en todo su ministerio público enseñara y explicara el sentido del A.T y nunca en ninguna oración hizo alusión a la posibilidad de errores en sus sagradas páginas y, sin embargo, si recordamos, que él denunciaba los errores de su día (Mt.23) y que estaba presto a detectar y a corregir los errores de su propio pueblo, (Lc 9:55), “Entonces, volviéndose él, los reprendió, diciendo: vosotros no sabéis de qué espíritu sois.”

 

 

Si en la biblia hubiesen existido todos esos errores que han preocupado a tantos escépticos, el mismo Señor Jesucristo nos habría advertido contra ellos; pero no fue así, sino todo lo contrario, ya que El, siendo como dice Apocalipsis 3:14: “El testigo fiel y verdadero” atestigua de la veracidad de las escrituras al decir en Juan 10:35, “Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” y en Lucas 21:22, “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.” El puede afirmar: “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mateo 5:18).

 

 

Ahora bien, conviene precisar que los términos “la ley, los profetas y los salmos” eran las expresiones utilizadas por los judíos para representar todo el A.T y el Señor Jesucristo no podría nunca hacer alusión al mismo y utilizarle si alguna de sus partes no fuese inspirada o tuviese errores, de ahí que El afirma: “Todas las cosas que están escritas en la ley de Moisés y en los profetas y en los Salmos referentes a mí han de ser cumplidas.” (Lucas 24:44).

 

 

Si todo lo que hasta aquí hemos dicho para corroborar la inspiración divina de las escrituras ha sido importante ¿no es más importante todavía el testimonio del mismo Señor Jesucristo? Eso es mas que suficiente para que todo aquel que se llame cristiano descanse confiadamente en la Palabra de Dios.

 

 

Podemos concluir aquí meditando en las palabras del Salmo 19:7-14. ¿No sentimos cierto escozor al pensar que Jesús también meditaba y oraba con este salmo? ¡Qué alto privilegio! Este de tener a nuestro alcance toda la Palabra de Dios, llena de las cualidades eternas que aquí se describe. ¡DISFRUTALA, AMALA Y OBEDECELA!

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¿ES LA BIBLIA PALABRA DE DIOS? (16)

febrero 22, 2009 by admin 3 Comments

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¿La Biblia es la Palabra de Dios ó contiene la Palabra de Dios?

 

 

Esta pregunta es también problema de debate continuo entre teólogos y especialistas.

Aprovechándose de esto muchos “falsos maestros” han engañado a cristianos sinceros que hoy militan en sectas, atentos a la voz de cualquier “profeta” que se ponga de moda.

 

 

Si decimos que la biblia es Palabra de Dios significa que desde el principio al fin, su mensaje, fué dictado por el Espíritu Santo mismo, que seleccionó a los hómbres que actuaron como sus amanuenses.

 

Claro que muchos de estos fenómenos no pudieron ser explicados porque hay mucho en la escritura y especialmente en el AT que era difícil de aceptar como Palabra de Dios.

 

 

Entonces de allí surgieron las disputas de que no todo lo escrito podía ser Palabra Dios. Pero vayamos a algo que nos ayudará.

 

 

Consideramos que el Dr. A. T. Pierson ha becho una buena definición de la inspiración en su buen libro “Conociendo las Escrituras”.

 

 

Allí se lee: “El término inspiración verbal ha sido mal entendido. No significa, desde luego, que cada palabra que encontremos en la Biblia es la palabra de Dios o representa su pensamiento, pues algunas palabras relatan los hechos de los equivocados y de los impíos, ni son dichos suyos, porque en algunos casos el que habla es el diablo. Cualquier teoría que conceda igual importancia o autoridad a toda la palabra que encierra la Biblia es absurda… cada estudiante debe observar lo que en la biblia tiene autoridad y lo que solamente tiene exactitud.

 

Las palabras de Satanas a Eva son exactas en el trasplante a la Saqrada Escritura, pero son falsas y engañosas en intención y en sentimientos respecto del pensar de Dios.

 

La mayor parte del libro de Job, aunque relato inspirado de acontecimientos y dichos, no es de la aprobación de Dios … incluso profetas y apóstoles, aparte de su carácter y capacidad como tales, siendo meros hombres falibles, estaban sujetos a equivocaciones. (I Reyes 19:4; Gal 2:11-14).”

 

 

De estas consideraciones, salió la fórmula de que la Biblia no es la Palabra de Dios sino que contiene la Palabra de Dios.

Por supuesto que ustédes se darán cuenta de lo peligroso que es ésto.

 

 

Por otra parte es sencillo si solamente usamos nuestro sentido común, sería ilógico pretender que la voz de Satanás hablándole a Eva sea Palabra de Dios ¿verdad? Pero si es relato inspirado, lo que quiere decir que es exacto y esto no es lo mismo que atribuir esas palabras al Espíritu Santo.

 

 

No debemos ser tan pretenciosos y arrogantes cuando nos acercamos a la lectura de la Escritura. Nosotros no vamos hoy a la Biblia a preguntarle en qué lugar está hablando Dios y en qué lugar es la voz del hombre la que oímos.

 

 

No podemos decir ésto es inspirado y aquello no lo es, porque semejante actitud nos llevará a grandes dificultades que no podemos explicar ni solucionar.

 

 

La investigación actual nos presenta una teoria que reconoce que la Biblia en su totalidad no es tan sólo más grande que cualquiera de sus partes, sino que es sencillamente la suma total de todas ellas tornadas como fragmentos desconectados.

 

 

La Biblia es una unidad orgánica que tenemos que juzgar corno tal en su totalidad, y entonces veremos que lo que nos presenta es un desarrollo progresivo de Dios mismo, su propia y gradual comunicación al hombre finalizando con la llegada del mismo Dios a la vida humana de un modo intenso y excepcional que conmueve todo el pensar y el sentir de la humanidad.

 

 

¿Recuerdan cuando hablamos de la infalibilidad del relato bíblico?

 

 

Muchos eruditos dicen que la inerrancia o infalibilidad es un “corolario natural de la inspiración” porque si la Biblia es la Palabra de Dios entonces participa del carácter de Dios que incluye la infalibilidad y esto significa confesar dos cosas en las que tenemos fe:

1- en el orígen divino de la Biblia.

 

2- en la veracidad de Dios.

 

 

Sin embargo debemos saber que a la infalibilidad o inerrancia sólo podemos aplicarla a los AUTOGRAFOS BIBLICOS, es decir, a los manuscritos originales porque en el copiar incesante, que sucedió posteriormente, se encuentran faltas comprensibles que son prueba de la flaqueza y debilidad humana, ya sea por no tomar los recaudos necesarios y porque se notan en las transcripciones errores de vista, oído, de mano e incluso hasta de juicio de los escribas.

 

 

Como es el caso por ejemplo de I Juan 5: 7 donde se admite generalmente que hay una nota marginal incorporada por error del texto.

Otra ilustración se ve comparando II Samuel 10:18 con I Crónicas 19:18.

 

 

Que nos quede claro, estos errores que se deslizaron en el incensante copiar de los amanuenses son “insignificantes” y no le resta absolutamente para nada el crédito de ser la Biblia totalmente inspirada por el Espíritu Santo.

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¿ES LA BIBLIA INSPIRADA POR DIOS? (15)

febrero 19, 2009 by admin 8 Comments

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CAPITULO IV

 

 

 

LA INSPIRACION DE LA BIBLIA

 

 

Este es un aspecto sumamente importante a tratar para el cristiano. Especialmente cuando que la biblia es un libro “divinamente inspirado” para diferenciarlo de cualquier otra literatura.

 

 

Y también porque debemos tener una respuesta satisfactoria para aquellos que nos preguntan el por qué de tal afirmación que con tanto convencimiento sostenemos. Toda vez que ello esta profundamente relacionado con los principios de vida cristiana cuya fuente es la bilblia.

 

Las Sagradas Escrituras son un conjunto de libros escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo y tienen, por tanto, a Dios por autor; sin embargo, Dios ha utilizado a hombres para que Su Palabra nos llegue escrita en varios idiomas hasta nuestros dias.

El grado de esta inspiración y la fórmula correcta de la misma ha sido, no hay que negarlo, tema de prolongada y acre discusión.

 

Es notable que mientras el espíritu de inspiración se percibe en las páginas de la Biblia y también iluminan cada palabra de la misma, el método divino de inspiración, es decir, la manera en gue Dios comunicó sus pensamientos y palabras a los escritores de la Biblia, no se nos dice de un modo claro y tajante.

 

 

 

Esta es la razón por la que hay tal discrepancia entre los estudiantes de la Biblia, incluso dentro del seno católico y del seno protestante, con respecto a la manera exacta en que las palabras de la Biblia nos fueron transmitidas a la posteridad.

 

Job dice (32:8) “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del omnipotente le hace que entienda.”  Y David afirma (II Samuel 23:2)  “El espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su Palabra ha estado en mi lengua”, en tanto que Isaías afirma(1:2):  “Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová…”

 

Y Jeremias expresa decididamente: “Vino, pues, palabra de Jehová a mi diciendo”, sin que se nos informe cómo llegó esa palabra de Jehová a él, aunque un poco más adelante afirma: “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca” (1:2,9).

 

Así vemos que aunque los profetas y apóstoles afirman clara y decididamente que sus palabras fueron escritas por inspiración de Dios ninguno nos dice el cómo sucedió en la práctica.

 

Comencemos viendo algunas acepciones de la palabra: Inspirar, sinónimo de aspirar,

tiene en esta primera aplicación el sentido de “atraer el aire exterior a los pulmones” es decir, poner dentro algo que estaba fuera.

 

Su segunda acepción, “infundir en el ánimo, sugerir afectos, ideas, designios” implica igualrnente el “aplicar” algo a la otra persona, y en el sentido que nos compete a nosotros, en el teológico, significa “iluminar Dios el entendimiento de uno y mover su voluntad.

Por ello al hablar de la inspiración de la Biblia, el versículo tal vez más adecuado sea el de II Timoteo 3: 16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia“.

 

En este maravilloso verso es donde aparece por una sola vez en el N.T. la palabra THEOPNEUSTOS, compuesta de “Dios” y “espíritu“, significando que lleva el “hálito” ó “soplo” de Dios.

 

En consecuencia los hombres que fueron escribiendo la Biblia no eran simplemente escritores, sino hagiógrafos; esto es , escritores con una inspiración santa (agio significa “santo”) y de ahí que San Pedro díga: “Los santos hómbres de Dios, impulsados por el Espíritu Santo, hablaron”, (II Pedro 1:21).

 

 

 

Todo ésto ha traído como consecuencia el debate siempre de moda que acostumbra preguntarse: si el pensamiento que tenemos en la Biblia fue comunicado de modo sobrenatural, dejando la expresión al autor humano o si tanto el pensamiento como la expresión fueron dictados de una manera “mecánica” por el Espíritu Santo.

 

 

Y así llegamos a la siguiente situación:

 

1- Por una parte tenemos los que afirman que la Biblia es un libro humano, en el que el hombre trata de buscar a Dios, justamente igual que en los Vedas del Hindú o en lo escritos de Confucio, en el Zend-Avesta de los persas o en el Korán de los mahometanos, no siendo de ninguna manera infalible.

     

2- Otros afirman que la Biblia no es toda Palabra de Dios, sino que la contiene, sirviéndonos de guía a la manera en que un abogado es libre de interpretar por el espíritu de un texto y no por sus palabras.

 

 

3- Hay quienes aceptan como inspiradas todas y cada una de las palabras que aparecen en la Biblia; esto es, admiten la “inspiración verbal” añadiendo que sin las palabras no puede precisarse con exactitud el sentido del mensaje.

 

 

Alegan que esto creyeron grandes hombres que fueron visiblemente utilizados por Dios en el pasado, tales cómo Spurgeon, carroll, Moody, Torrey, etc. La Biblia en este caso no sólo contiene, si que es toda ella palabra de Dios y es infalible.

     

Por supuesto que todos estos planteamientos no preocupan al cristiano “nacido de nuevo” bien que el Espiritu da testimonio a nuestro espiritu de que somos hijos de Dios.

 

 

Nos basta sólo leer la Biblia con corazón sincero para escuchar de manera clara y viva la voz del Padre amoroso que habla a nuestro corazón de hijos.

 

 

Sentimos que las palabras de la Biblia “sintonizan” perfectamente con la necesidad más profunda de nuestro corazón.

 

Y todo ésto porque sómos “templo del Espíritu Santo.” Leemos la palabra y nos sentimos sumamente dichosos “como pez en el agua”, en nuestro elemento natural, en donde siempre debimos haber estado, “en la casa del Padre” que es nuestro mismo corazón.

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TRADUCIENDO LA BIBLIA (14)

febrero 11, 2009 by admin 4 Comments

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LA IMPORTANCIA DEL GRIEGO Y LA VERSION DE LA SEPTUAGINTA

Al continuar con este emocionante estudio biblico, es muy importante tener en cuenta el propósito de todo lo que venimos desarrollando, y este no es otro de que al conocer el orígen de algunas lenguas antiguas se nos faciliten las herramientas para hacer llegar, con la mayor claridad posible, el mensaje cristiano.

Con respecto a los libros del NT, estos fueron escritos en griego en el primer siglo después de la muerte y resurrección de Cristo.

Los documentos originales fueron escritos con toda probabilidad sobre papiro con tinta (estos dos materiales de escritura se mencionan explícitamente en la segunda carta del Apóstol San Juan, versiculo 12: “Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara para que nuestro gozo sea cumplido“).

Los escritos mas cortos (como la epìstola a Filemón, la segunda y tercera epístolas de Juan y la de Judas) requerirían una hoja de papiro de un tamaño conveniente, pero los otros libros más largos serían escritos en rollos de papiro.

El más largo de todos, que constituye las dos partes de la historia de Lucas, y además los evangelios de Mateo y de Juan, representan tanto material escrito que seguramente se emplearía un rollo de papiro de una longitud normal.

Las cartas y el libro del Apocalipsis, cuando se escribieron se enviaron a individuos o a iglesias a quienes iban dedicadas, en tanto que los dos volúmenes de Lucas iban dirigidos a un tal Teófilo. Por lo que respecta a los evangelios, con toda probabilidad se depositaron en las iglesias de Roma, Antioquía y Efeso.

La internacionalización del griego hizo que el AT fuese traducido del hebreo al griego, según entendemos por el famoso documento conocido por “Carta de Aristeas“ y que pertenece al año 100 AC aunque dice haber sido escrito un siglo y medio antes de dicha fecha.

Aristeas era un oficial de la corte del rey Ptolomeo Filadelfo de Egipto (285-346 AC) y se dirige a su hermano Filocrates, para comunicarle la traducción para la biblioteca del gran rey, de las Escrituras de los judíos a la lengua griega.

La historia de esta traduccion ha sido expresada de varias maneras; pero el nombre de SEPTUAGUINTA o Versión de los Setenta ha permanecido hasta nuestros días y constituye un documento de máxima importancia para los estudios biblicos.El valor de esta Septuaguinta, en el plano de los estudios eruditos de crítica del texto, es muy notable, por cuanto nos representa un texto hebreo del que ha partido, que no poseemos, y que lógicamente es anterior a los códices que poseemos de la Era Cristiana.Las secciones del AT de los grandes códices de los siglos IV y V (Vaticano, Sinaiticus y Alejandrino) están en griego.Jesús los apóstoles emplearon el AT en griego, y los judíos de la dispersión en las provincías de Asia, Galacia, Acaya, Macedonia y Roma también la emplearon. Exceptuando, posiblemente, una colección de dichos y narraciones del evangelio según San Mateo, todos los libros del NT parecen haber sido escritos originalmente en griego.

El griego aparece primeramente en la historia como lengua hablada mediante tres olas sucesivas de inmigrantes que entraron en la península balcánica desde el Norte. Estas olas pertenecen a períodos diferentes en el curso del milenio dos mil a mil antes de Cristo.

Y se conocen, respectivamente, como la Jónica, Aquea y Doria. Hasta el año 300 AC los distintos dialectos griegos pueden clasificarse en tres grupos, que corresponden a estas tres emigraciones; como los Jònicos fueron el primer grupo de griegos que bajaron al sur de Grecia, se vieron presionados por sus sucesores que venían detrás y la mayoría de ellos fueron arrojados de Grecia, propiamente dicha; para encontrar hogar en el mar Egeo, y allí se pusieron en contacto con los pueblos de Asia.

Antes de ser conocidos por el tèrmino de “Jónicos” el nombre que se les dio fue el de “griegos” y en hebreo, los griegos fueron llamados los Bene Yavan, Hijos de Yavan ó Javan, nombre que es idèntico a Jión, antecesor de los Jónicos. Un importante grupo de jónicos se refugiaron al otro lado del mar; éstos fueron los habitantes del Atica distrito de atenas.

Mas adelante; no solamente los Jónicos, sino los otros griegos fundaron colonias en Asia Menor, en Liblia, Chipre, Creta, Sicilia, el Sur de Italia, Marsella y alrededor de las costas del mar Negro, incluyendo la peninsula de Crimea.

El mundo griego estaba dividido en un gran número de pequeños Estados; pero dondequiera que la lengua griega era hablada, alli estaba Grecia.

El griego, pues, se habló en todo el mundo Egeo durante 3.500 años y se jacta de tener una literatura que se extiende hasta más de 1000 años antes del nacimiento de Jesucristo.

Los monunentos más antiguos de la literatura griega, las épicas homéricas; la Iliada y otros se alzan como obras clásicas de primer rango mundial y por la expresión delicada y la clásica fexibilidad griega, este idioma se considera como uno de los mas importantes de toda la humanidad.Es importante señalar que, debido a las condiciones y circunstancias que siguieron a la conquista macedónica, las diferencias antiguas entre los dialectos griegos dieron lugar en los últimos tres siglos al nacimiento de lo que se llamò griego “helenístico“; llamado frecuentemente “lengua común” del griego o “koiné dialectos” porque fue la forma de griego que se extendió más ampliamente por el mundo.Este koiné o lenguaje comùn incorporó rasgos distintivos y caracteristicos de los dialectos más antiguos, pero principalmente del ático, que era el dialecto de Atenas y del territorio vecino.Este griego helenístico se convirtió en la lengua oficial de los imperios que sucedieronal dominio y conquista de Alejandro despues de su muerte (323 AC).

Cuando Palestina fue incorporada al Imperio Romano el año 63 AC como parte de la provincia de Siria, el griego continuó siendo lenguaje común de aquellas regiones y de todo el Imperio Romano oriental en general.

El Imperio Romano, por otra parte, era bilingüe; en el ejército, el latín era la lengua oficial de todo el Imperio; pero por lo demás, el griego continuó siendo lengua oficial de todas las lenguas del mediterráneo oriental.

En la ciudad de Roma misma el griego se hablaba tanto como el latín, lo mismo en las clases altas como en las bajas; para las clases altas el griego era la lengua de la cultura y de la educación, y un hombre como Cicerón escribia en griego con la misma facilidad que en latin; pero para las clases bajas, los esclavos y los obreros hablaban generalmente, el griego desde su nacimiento.

Los primeros cristianos romanos hablaban el griego de una forma natural, y cuando Pablo escribió su carta a la Iglesia de Roma, escribió en griego, aunque, sin duda, pudo haberles escrito en latín de haber sido necesario.

No se puede evitar, en el NT, la influencia de la “traducción griega” de la Septuaginta y la influencia de la lengua arameica vernácula de los judíos palestinenses; incluso Pablo, aunque no era judio palestino, sino educado en Tarso, pertenecía a una familia que hablaba arameo, no griego, en su hogar, quizá sea esto lo que expresa él, cuando dice en su carta a los de Filipos, cap. 3:5 afirmando que era “un hebreo de hebreos’, hijo que hablaba arameo, de padres que hablaban arameo.

Fue en esta lengua original en que al parecer, la voz celestial se dirigió a Pablo en el relato de los hechos, donde nos cuenta su conversión con la frase “lengua hebrea“.

La persona acostumbrada a leer buen griego encuentra extraño el griego de la septuaginta, pero a un lector acostumbrado al idioma hebreo, la septuaginta griega es perfectamente inteligible.

Las palabras son griegas, pero la construcciòn es hebrea; esta fue la versión en que tantisimos cristianos primitivos conocieron el AT y para aquellos hombres que se convirtieron en “los hombres de un solo libro” la influencia del estilo, el giro hebreo del griego del NT y la influencia toda de la Septuaginta fue notabilísima.

Esto es aplicable incluso a un escritor como San Lucas, que dominaba un estilo griego bueno e idiomático, ensalzado por todos los estudiantes del texto original.

En vocabulario y estilo, pero mucho más en su contenido de pensamiento, es casi una lenqua totalmente nueva. Varias influencias produjeron este efecto; algunas de ellas fueron graduales y algunas muy repentinas.

Estos libros, escritos en las lenguas indicadas, constituyen la Biblia que hoy tenemos, después de haber sido aprobado su canon en dos ocaciones. Los libros aceptados en el canon hebreo del AT son los libros aprobados por el sínodo de Jamnia en Palestina entre los años 90 y 100 de nuestra era; dicho cánon no incluye los libros que generalmente se llaman apócrifos, que sí estaban incluidos en la Septuaginta o Versión griega del siglo III antes de Cristo.

El canon del NT comprende los libros incluidos en la Biblia Vulgata de San Jerónimo (405 DC) correspondientes al canon aprobado en el Concilio de Cartago en el año 397 DC y el Concilio de Laodicea en 366 DC.Este cánon sobrevivió por encima de unos cuarenta libros que circulaban y que no fueron aceptados ni considerados legítimos por las Iglesias.

En nuestro siglo XX el esfuerzo de tantos eruditos está llevándonos a un texto mejor. La investigación moderna continua añadiendo testimonios a la unidad esencial del mensaje de la Biblia transmitido tan perfectamente; pero en medio de hechos que indican la posiblidad de algunos cambios del texto que puedan haber ocurrido antes del tiempo de Constantino cuando el cristianismo fue aceptado por el Imperio.

El mismo Orígenes de Alejandría (182-251 DC) escribía: “Está claro que hay una gran diferencia en las copias por la pereza de los escribas, por audacia de algunos que se han atrevido a introducir alguna corrupción como corrección, incluso de otros que han quitado alguna palabra por alguna razón personal.“

Todo este trabajo es el que tienen delante los estudiosos eruditos del texto, para en su labor de critica, darnos las palabras más exactas posibles en las versiones y traducciones de la Biblia que se renuevan de época en época.

La Biblia, faro de la humanidad para todas las épocas, hizo escribir a D.F. Sarmiento:

“Como si Dios hubiese querido mostrar a los hombres la importancia de la palabra escrita, el libro más antiguo del mundo, el primer libro que escribieron los hombres, el libro por excelencia, la Biblia, ha lleqado a nuestras manos a través de cerca de cuatro mil años. El renacimiento de las ciencias después de siglos de barbarie ensanchó la esfera de acción de la inteligencia sobre el globo, la publicación de la biblia fue el primer ensayo de la imprenta; la lectura de la Biblia echó los cimientos de la educación popular, que ha cambiado la faz de las naciones que la poseen.”

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HISTORIA DE LA LENGUA HEBREA (13)

febrero 3, 2009 by admin 7 Comments

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HISTORIA DE LA LENGUA HEBREA

En realidad hay dos períodos que deben notarse en la historia de la lengua hebrea y como se distinguen por divisiones obvias:

1- Desde Moisés hasta la cautividad de Babilonia y desde entonces,2- hasta la conclusión del cánon.En el primer período la lengua viene a ser, casi la misma, con excepción del estilo individual del escritor. Algunas palabras llegaron a ser anticuadas de una época a otra como se desprende del versículo: “Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios decía así: Venid y vamos hasta el vidente , porque el que ahora se llama profeta antiguamente era llamado vidente” 1 Sam. 9: 9.Esto – lo aprecian mejor en su original hebreo los entendidos- pero, según el Dr. Ginsburg, estos cambios, que se habìan introducido gradualmente, comenzaron de una manera más técnica en los días de Esdras por ciertos hombres conocidos por Soferim, o escribas, como los que hemos citado con anterioridad. En este tiempo que sigue a la cautividad el AT fue dividido en párrafos y versiculos.En los escritos de los profetas más recientes, como Jeremías, Sofonías etc. hay una decadencia manifiesta por la introducción de términos extranjeros especialmente arameos.

Esther, Daniel, Ezequiel, Jeremias y Esdras presentan un contraste notable respecto a la pureza, encontrándose más anomalías en Ezequiel que en otros escritores. Los profetas siguientes al destierro, Hageo, Zacarías y Malaquías, escribieron en estilo menos corrompido y se nota un avance hacia la pureza, aunque no se hablaba así en sus tiempos.

La lengua hebrea se escribía y se escribe de derecha a izquierda y solamente se escribían las consonantes, registrandosé lo que podríamos llamar una fuga de vocales lo cual condensaba y condensa la escritura, hacièndola dificil de leer, especialmente con el paso del tiempo y los cambios de la lengua.Justamente esta pràctica es causa de variedades en el texto, como apunta Sir F. Kenyon, porque es fàcil de comprender que puede dar lugar a errores. Por ej. si pudiesernos trasladar el sistema al español y nos encontrásemos con la palabra siguiente: M. R. podríamos pensar que decía moro, mora, mero, muro, mira, maria etc. Pero hablamos antes de los escribas, y en esta dificultad vienen en nuestra ayuda, como igualmente acuden a serenarnos cuando nos sorprendemos al saber que los manuscritos hebreos más antiguos que poseemos son de la era cristiana, y nada menos que del siglo 10.Ya que nuestro pensamiento vuela a los lejanos errores, mutilaciones y corrupciones. Este cuerpo de escribas, talmudistas y masoretas inventaron la puntuación vocálica para las palabras, basándose en la tradición de la pronunciación que se registraba en el Talmud.La escuela de doctores judíos que afrontaron semejante trabajo se hallaba en Tiberias; pero no fue este trabajo de una sola generación ni de un solo lugar y una comparación entre el texto del Antiguo y el Nuevo Testamento puede darnos idea de la dificultad y de la importancia, a un tiempo, de dicha puntuación.En Génesis 47:31 leémos: “Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama” y en Hebreos 11:21 “adoro estribando sobre la punta de su bordón”. La palabra hebrea M. T. podía ser mita (cama), mate (bordón) y así se tradujo a la Septuaginta griega, antes de la puntuación masorética, y de allí citó el escritor de la epístola mencionada.Después del regreso de Babilonia declinó el uso del hebreo como lengua hablada, quedando como lengua sagrada, y ocupando su lugar en el pueblo el arameo; pero algunos eruditos como el profesor M.H. Segal, dicen que hasta el tiempo de Cristo el hebreo fue lengua hablada de Judea, si bien conceden, con respecto al lenguaje de Jesús, que el arameo era la lengua vernácula de Galilea en el periodo romano.El profesor T.W. Manson ha sugerido que, en sus discusiones con los fariseos, Jesús pudo emplear el hebreo como ellos. Es hebreo rabínico (desarrollo posterior del hebreo bíblico) que fue el lenguaje de la Mishna codificación de la tradición oral puesta por escrito por el año 200 después deCristo.Mencionemos que estas diferencias de lenguaje las señala la misma Biblia como por ejemplo el caso de la alianza en Mizpa, donde Jacob pone al majano un nombre en la “lengua de Canaán” y Labán otro en arameo (gen.31), y en el caso de Jueces 12 donde los de Ephra no podían pronunciar la palabra “shiboleth”. En tiempos del N.T vemos que a Pedro “se le conoció” que era galileo, pues según Bruce, tenían fama de pronunciar de modo gutural. Winton Thomas dice que en Esther, Eclesiastés y muchos Salmos se descubre una poderosa influencia aramea, y que por el segundo siglo AC el hebreo, como lengua hablada, fue muerto. El libro de Daniel (165 AC) dedicado a la lectura popular, muestra la verdadera extensión de la influencia aramea por entonces.En uno de los escritos rabínicos se lee: “No sea el arameo ligeramente estimado por todos viendo que el Santo (bendito sea El) ha dado honor a esta lengua en la Ley, los Profetas y los Escritos.” Lo que indica que la lengua aramea se encuentra en porciones en las tres divisiones principales del AT. Se encuentra una mención en arameo en la Ley (Gen.31:47) un versículo en los profetas (Jer.10:11) y dos considerables secciones en los Escritos (Dan. 2:4 a 28 y Esdras 4:8 a 6:18 y 7:12-26).Al arameo se le llamó antiguamente caldeo, porque en Dan. 2:4 algunas traducciones, como la autorizada inglesa dieron pie a llamar caldeo al arameo, por una inferencia errónea.En este libro de Daniel han quedado sin traducir algunas palabras arameas, como “mene”, “tekel” y “upharsin”.Los judíos dicen: “Moisés nos ha dado la ley pero Esdras la ha restaurado” y por ello se dice que fue esdras quien, tras la cautividad, reunió todos los libros sagrados y formó lo que se llama el canon del Antiguo Testamento; opinión que otros no comparten; cierto es que a la vuelta del cautiverio, tanto Esdras como Nehemías, tuvieron que enfrentarse con una dificultad linguistica.Mucho pueblo no entendia el hebreo especialmente los hijos de los matrimonios mixtos, y cuando la gran concentración en Jerusalem para oír a Esdras y a sus ayudantes leer “El libro de la ley de Moisés”, la lectura tuvo que interpretarse al arameo siendo notable aquí que la voz “meforash” que se traduce por “con interpretación” “aunque en español aparece como “claramente”, es la misma aramea “mefarash” que se empleaba precisamente como término técnico en el servicio diplomático del imperio persa. Conociendo las dos lenguas, aquellos hombres pudieron traducir al pueblo lo escrito en el Libro Sagrado y las gentes “se entristecieron y lloraron.”

Esta interpretación es sencillamente lo que se llama TARGUM o paráfrasis oral del texto hebreo de la escritura, y es la prueba más temprana y directa que se posee del texto corriente entre los judios.

Distintos hombres, sin perder su personalidad y su idiosincracia de escritor, en distintas épocas, fueron escribiendo la Biblia, y ese Libro, ese texto, fué considerado como sagrado.

Leèmos, pues que el rey Josafat mandó una comision de principes y levitas y doctores de la ley que “enseñaran en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jehová rodearon por todas ciudades de Judá enseñando al pueblo” (II Crón. 17:7).En consecuencia fue que “cayó pavor de Jehová sobre todas las tierras” y más tarde, cuando Joas es coronado, el sumo sacerdote Joiada le unge, le pone la corona y le entrega “el testimonio” ( II Crón. 23) de conformidad con lo mandado en Deut. 17: 18: “Y será, cuando se asentare sobre el trono de su reino , que ha de escribir para sí, en un libro el traslado de esta ley, del original de delante de los sacerdotes levitas” viendose obligado el rey a tenerlo consigo y a leerlo todos los dias de su vida, “a fin de se prolonguen sus dias en su reino”.Aunque el conocimiento de la lengua hebrea se hallaba en un nivel bajo durante la edad media en la Iglesia, pudo, no obstante, imprimirse un Antiguo Testamento hebreo, después de la invención de la imprenta en 1448. Johannes Reuchlin (1455-1522) a quien Philip Schaff llamó “padre del aprendizaje del hebreo en la Iglesia Cristiana” estudió griego en la Universidad de Paris y aprendió los rudimentos del hebreo del mismo John Wessel, que había trabajado allí durante 16 años antes que él.Reuchlin pagó diez monedas de oro a un rabino para que le explicase una simple frase hebrea que no podía descifrar.Basándose en las obras de David Kimchi que procedía de una familia distinguida de eruditos judíos, el tal Reuchlin preparó su Gramática Hebrea y Diccionario Hebreo, que fueron de tanta utilidad para los maestros cristianos.

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HEBREO Y ARAMEO (12)

enero 4, 2009 by admin 7 Comments

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Introduccion a la biblia (12)

Capítulo III

 HEBREO Y ARAMEO

El término semítico se aplica a un grupo de idiomas cuyos caracteres comunes se advierten sin gran dificultad, y algo similar ocurre actualmente con las lenguas que se derivan del latín, o sea, la portuguesa, la española, la francesa, la italiana, y la rumana. Por ejemplo,la voz padre es AB en hebreo, Ab en arameo, y Abu en acádico.

Sin embargo, estas interesantes semejanzas en el vocabulario no simplifican por ello el estudio de cada una de estas lenguas: por tanto, sus estructuras gramaticales (anexos, sufijos, tiempo de los verbos, etc.) son un acicate y una dificultad para el estudio de ellas.

El origen de la denominación de ・lengua semítica・ que empezó a usarse por el año 1780, se basa en la declaración del Génesis 10: 1 “estas son las generaciones de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet que engendraron hijos después del diluvio.”Es comprensible que, salvo los especialistas, nadie léa la Biblia en sus textos originales, y en cuanto al NT, si bien hay muchos bachilleres y estudiantes de Filosofía y Letras que dedicaron años al estudio de Demóstenes, o Platón, o Sófocles, ignoran que el evangelio se escribió en griego y tienen que recurrir a una traducción si quieren leerlo.

Se dice que el hebreo puede compartir con la lengua china el triste privilegio de ser un mundo cerrado e inaccesible y que hay que renunciar definitivamente a estudiar lo escrito en tal idioma. Sin embargo, eruditos como Paul Auvray aseguran que ese prejuicio es lo que justifica el que haya tan pocos hebraistas.

Durante mucho tiempo el antiguo hebreo se conoció únicamente a través de los escritos bíblicos, pero a partir de finales del siglo pasado, con la abundancia de descubrimientos arqueológicos, aparecieron una serie de documentos extra bíblicos que permiten aumentar en cierto modo el conocimiento de la lengua hebrea; por otro lado, el uso del hebreo se continuó dentro del judaísmo mucho tiempo después de la constitución de la Biblia y existe una numerosa literatura en lengua hebrea.

En cuanto al arameo antiguo no se encuentran demasiados documentos, ya que, a decir de los especialistas, no hay nada anterior a los siglos X Y XI. Y no debe sorprender que así sea, porque los arameos nómadas no poseian indudablemente la escritura y se servían de tradiciones orales.

Es de lamentar que los reinos arameos de los siglos X y XI no dejasen a la posteridad obra literaria alguna.

A. Dupont-Sommer, director de Altos Estudios, encargado de curso, en la Sorbonna, Paris, dice en su libro ・Los arameos・, refiriéndose a la lengua, lo que sigue: ・El arameo es una lengua semítica, igual que la asiro-babilónica, el fenicio, el hebreo y el árabe, asemejándose más al fenicio y al hebreo. Nuestro conocimiento de esta lengua hasta el reinado de Sargón se reduce a un número muy pequeño de inscripciones descubiertas todas ellas recientemente.・

Y describe una serie de ellas dando datos cientificos que no precisamos mencionar aquí. Según dicho autor, los arameos cuando se instalaron en Mesopotamia y en Siria durante los siglos IX y X A.C, no poseían lengua escrita, ni lengua literaria alguna; eran todavía beduinos incultos, y les príncipes de aquellos nuevos reinos arameos se vieron inclinados a adoptar como lengua escrita la misma lengua de los países que habían conquistado, igual que adoptaron mas o menos completamente aquella civilízación. Por eso en Guzana, Mesopotamia, las inscripciones del rey arameo Kapara, que parecen ser del fin del segundo milenio, van escritas en caracteres cuneiformes y en lengua asiria.

Se ha dicho algunas veces que el arameo es un hebreo corrompido, especie de jerga degenerada, que los judíos trajeron al regresar de su destierro en Babilonia; pero los eruditos dicen que no podemos sostener tal afirmación desde el punto de vista histórico, menos aún desde el punto de vista linguistico porque el arameo se extendió paulatinamente a través de todo el Próximo Oriente, y esa invasión pacífica, que empezó desde la época de los reinos arameos, coincidió en lo que se refiere al reino de Judá, más o menos con la dominación de los persas.

No es, pues el arameo un hebreo en decadencia, sino una lengua tan original como la hebrea misma y más antigua en algunos puntos, según el profesor Auvray. Parece ser que usando una analogía de nuestros tiempos, podríamos decir que el hebreo y el arameo tienen las mismas relaciones que el español el portugúes o que el italiano y el francés.

Desde luego, la mayor parte del A.T está escrito en hebreo, ”lengua judaica” (ls. 36: 11 y Neh. 13:24) siendo esta descripción la más cercana a la realidad, puesto que el hebreo surgió, según H. Thomas, de una fusión del dialecto arameo-árabe, hablado por los hebreos que invadieron Canaán en el siglo XV AC, según apuntamos antes. En el NT se llama a la lengua “hebreo” o “hebraico” (Ap. 9:11; 16:16; Juan 5:2; 19:13,17).

Lo más importante del hebreo es que poseía un alfabeto y no otro tipo de grafología, lo cual facilita enormemente la transmisión del texto, y es notable que el libro de Dios fuese escrito en esta lengua y no en la de civilizaciones más avanzadas, como la china o la siria, que no habíinventado un alfabeto y sus caracteres eran mábien ideogramas.

Por eso un erudito, señalando la intervención divina en escoger este lenguaje, dice que se habrian aumentado enormemente las dificultades de los estudiantes de la Biblia si los hebreos, al llegar al desierto, hubiesen adoptado la escritura cuneiforme de Canaán, cuando asimilaron aquella civilización.

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