EL PODER DEL EVANGELIO TRANSFORMA VIDAS POR MEDIO DE LA GRACIA (6).
No hay otro evangelio
1:6 “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
1:8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
1:9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
El ministerio de Pablo
1:11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
1:12 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.” Gálatas 1:6-12.
Un tema fascinante nos es presentado por Pablo. El se dispone a defender aquí las bases del verdadero evangelio, del cuál los gálatas se habían desviado. Algo muy aplicable a la iglesia contemporánea. El Apóstol había predicado incansablemente el evangelio en las poblaciones que componían la Galacia.
De manera poderosa por el mensaje del evangelio los gálatas habían aceptado a Cristo y su vida fue radicalmente transformada. Sin embargo, algunos creyentes judíos les estaban enseñando a estos recién convertidos que tenían que obedecer la ley de Moisés, lo cual también incluía la circuncisión para completar su salvación.
La confusión llegó enseguida con la enseñanza de estos falsos maestros, también conocidos como judaizantes. Ademas se ocupaban de atacar la personalidad del apóstol Pablo y sus enseñanzas. Cuando estas noticias le llegan a Pablo fue grande su asombro al comprobar que los creyentes de Galacia estaban casi al punto de apartarse del evangelio que les había predicado, para adoptar “otro evangelio” (Gál. 1:6). Reflexionemos en lo que eso significaba. Creer en una enseñanza distinta luego de haber profesado esta equivalía a apartarse directamente de la gracia de Dios, la cual está a nuestra disposición solo por medio de la fe en Cristo. Y sin los agregados que estos judaizantes querían volver a imponer aplicando nuevamente la ley de Moisés.
Claro que siempre estos maestros proclamarán con insistencia que su mensaje es el “verdadero”, sin embargo tanto en aquél contexto como en el nuestro no lo es. El verdadero evangelio no se negocia ni con la tradición ni con ninguna nueva “moda” interpretativa. Así lo defiende Pablo de una manera tajante en el verso 8.
Debe quedar establecido que las personas están distorsionando el evangelio cuando le agregan exigencias para la salvación que no sea otra que rendirse a Cristo de corazón como Señor y Salvador de sus vidas en verdadero arrepentimiento. Nada justifica agregar enseñanzas que son contrarias a la Biblia. Algunos lo hacen presumiendo de haber recibido revelaciones especiales pero que son una clara contradicción al mensaje apostólico del evangelio reflejado en el Nuevo Testamento.
Otras de las peores distorsiones, por la confusión que causa en la gente, son los que afirman que la salvación tambien puede llegar por medio de cualquier otra religión. La teología paulina es siempre clara en cuanto a la salvación. Evangelio de poder, fe y gracia están siempre entrelazados. Podemos concluir esta reflexión con las palabras que Pablo les escribe a los efesios tambien sobre el mismo tema:
2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
2:9 no por obras, para que nadie se gloríe.
2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. San Pablo en La Epístola a los Efesios. Pastor José Reina.