6. La sexta razón en favor de la oración, constante, perseverante y victoriosa, es que la oración es el medio que Dios ha designado a través del cual podemos recibir misericordia y obtener gracia para ayudar en tiempo de necesidad.
Hebreos 4:16, es uno de los versículos mas sencillos y dulces en la Biblia: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro“. Estas palabras enseñan claramente que Dios ha designado la manera en que debemos buscar y obtener misericordia y gracia. Es por la oración: el acercamiento intrépido, confiado y franco al trono de la gracia, el lugar santísimo de la presencia de Dios a donde nuestro Sumo Sacerdote Jesucristo ha penetrado por nosotros (vs. 14,15).
La misericordia es lo que necesitamos, la gracia lo que tenemos que poseer, o toda nuestra vida y todos nuestros esfuerzos fracasarán completamente. Por la oración éstas se consiguen. Hay a nuestra disposición gracia infinita y podemos apropiárnosla por medio de la oración. ¡Oh! si solo pudiéramos comprender la plenitud de la gracia divina que podemos poseer con solo pedir, su altura y profundidad y longitud y anchura, estoy seguro de que daríamos mas tiempo a la oración. La medida de nuestro surtimiento de la gracia está determinada por la medida de nuestras oraciones.
¿Quién no siente la necesidad de más gracia? Entonces, pídele. Sé constante y perseverante en la oración. Sé inoportuno e infatigable. Dios se deleita en que seamos mendigos “sin vergüenza”, por decirlo así, en la oración, porque demuestra nuestra fe en él y la fe le agrada en sobremanera. Por causa de nuestra “desvergüenza” se levantará y nos dará lo que necesitamos (Lc 11:8). ¡Cuán pequeñas corrientes de misericordia y gracia conocemos, cuando podríamos conocer ríos desbordantes de ellas!
Tomado del libro: “Como Orar”, por R. A. Torrey
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