CRISTO INSTITUYE SU IGLESIA
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mt. 18:19,20
Jesús estaba hablando aquí de lo que es la esencia de su Iglesia.
Una persona aislada no es la Iglesia de Cristo. En ella no hay lugar para “hermitas” o “anacoretas” (religiosos que viven en lugares solitarios entregados a la contemplación y penitencia) que dicen adorar individualmente a Dios por su propia cuenta. Ellos jamás pueden constituir la Iglesia de Cristo. En cambio, donde dos o tres estén reunidos en el nombre del Señor, entonces sí, y sólo así, se manifiesta la iglesia de la que Cristo es la cabeza y ella su cuerpo.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD DE CRISTIANOS SALVOS.
Dado que ya tenemos el FUNDAMENTO y las BASES sobre ese fundamento, veremos tres pasos a seguir profundamente inter-relacionados:
1) Obediencia – hacer lo que otro manda.
2) Compromiso – obligación contraída.
3) Responsabilidad – capacidad de compromiso.
¿QUE ES OBEDIENCIA?
Obediencia es simplemente CUMPLIR LA VOLUNTAD DE QUIEN MANDA; CEDER AL MANDATO. Obediencia en acción es la actitud de obedecer – la que se presta, sin examinar los motivos o razones del que manda.
Jesús predicó el evangelio del reino de Dios. Al decir reino de Dios estamos reconociendo el gobierno de Dios sobre nuestras vidas.
REDENCIÓN, significa pagar un precio por un rescate. Jesús pagó un precio muy alto para rescatarnos del mercado de esclavos. Quiere decir que al aceptar la dádiva, la cuenta saldada por Jesús a mi favor, SOY LIBRE, pero tengo un nuevo amo a quien obedecer. El primer paso a dar del cristiano redimido es… OBEDIENCIA.
OBEDIENCIA ES:
1- Requerida por Dios del hombre. “Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma”. Deut. 26:16.
2- El precio del éxito: Jos.1:8
3- Mejor que el sacrificio: I Sam.15:22.
4- Asegura la entrada en el reino de Dios: Mt.7:21
5- El deber imperativo de la vida: Hch.5:29.
Quiera el Señor concedernos un corazón obediente que como resultado esté pleno de la presencia del Espíritu Santo, y así, glorificarle como cristianos obedientes en el seno de su amada iglesia. ¡Bendiciones!