Carta abierta a los pastores de Latinoamérica
Una de la cosas que agradezco a Dios es que me haya permitido criar a mis hijos en el Perú. Doy gracias a Dios porque el Perú me ha adoptado como un hijo suyo. Como conté, yo nací en Estados Unidos, dentro de las tradiciones de la familia americana, y agradezco a Dios el que mis hijos hayan crecido en el contexto de las familias de América Latina, donde hemos sentido el valor y la unidad de la familia latina, que es muy sólida, más familiar, más cálida.
Una de las fortalezas del pueblo latino es esta: su firme lealtad. Yo a veces llamo a esto «la mafia», porque si tienes a un latino como amigo, su hermano, su madre, su abuela, su tío, harían cualquier cosa por ti; la familia es muy unida y esto es una parte atractiva de América Latina. Lo que sucede es lo siguiente: por 400 años el modelo de liderazgo en los gobiernos de América Latina fueron de dictaduras, y con dolor y tristeza veo que algunos de estos modelos han crecido también dentro de algunas iglesias; sucede que cuando una persona se convierte a Cristo en la iglesia, por naturaleza esta persona muestra lealtad a su pastor. Con el tiempo, el pastor de esa iglesia se convierte en un pequeño dictador en la forma de liderar su iglesia. Por toda América Latina hay unos cuantos líderes con síndrome mesiánico, que son pequeños dictadores desde el púlpito; quizá este modelo funcionó en tiempos atrás, pero con los jóvenes de hoy esto ya no funciona.
Actualmente, con los medios sociales, Facebook, Twitter y otros, ya no existen fronteras, y los jóvenes de hoy buscan autenticidad y realidad. La verdad es esta: muchos jóvenes miran la iglesia de «la abuela» y dicen: «¡es ridículo!». Pastores, hemos sido llamados a alcanzar a la próxima generación, el liderazgo que modela Jesús en la Biblia no es un liderazgo de manipulación o de obediencias absolutas al pastor.
Los modelos de liderazgo que la Biblia nos enseña son de líderes que se muestran como siervos; hemos sido llamados no a buscar títulos o posición para que nos atiendan y sirvan, hemos sido llamados a recoger la toalla y lavar los pies de la gente. El pueblo latino es muy leal y muy cálido, pero las personas deben ser más leales a Jesús, y cuando los jóvenes de hoy vean en los pastores un liderazgo al estilo de Jesús, le seguirán sin dudar.
Al sacerdote del Antiguo Testamento le fue dada la orden de ministrar entre la puerta y el altar, él siempre tenía que estar entre los dos. ¿Qué significa esto? Estar hacia fuera de la puerta, donde el pueblo estaba, y hacia dentro de la puerta, en el lugar del altar donde ministraba a Dios. El sacerdote no podía tomar todo su tiempo ministrando a Dios, y no podía pasar todo su tiempo entre el pueblo; tenía que estar entre la presencia de Dios y el pueblo. Este es el trabajo pastoral, si uno solo está con el pueblo y sin Dios, todo se convierte en tradición, formalismos y hasta legalismo; y si uno está solo en la presencia de Dios y nunca sale para estar con el pueblo, se convierte en un extraño para el pueblo. Nuestro llamado siempre es a estar entre Dios y el pueblo; y ministrar a Dios y servir al pueblo para que reciba inspiración de Dios y trate de hacer cambios en su vida. Recuerde que liderazgo es llevar a alguien de aquí para «allá». ¿Sabe dónde es «allá»? ¿Sabe a dónde los está llevando?
Hoy es el tiempo para América Latina; por primera vez en la historia de la iglesia Dios está tocando a América Latina. En el primer milenio Dios usó el primer mundo (mundo griego-romano) para alcanzar al mundo; y en el segundo milenio Dios usó el nuevo mundo (Europa, y en la última parte del milenio, Norteamérica) para llevar el evangelio de Jesús al mundo. Ahora hemos entrado en el tercer milenio, y por primera vez en la historia Dios está tocando el tercer mundo (el tercer mundo no quiere decir el tercer puesto), y muy pronto usará a los latinos para liderar la iglesia en el mundo entero. El tercer mundo no significa que nos quedamos con la medalla de bronce, mientras otros tienen la de plata y la de oro; el tercer mundo solo significa un mundo en desarrollo. ¿Dónde están los recursos hoy día? Están en América Latina. ¿Dónde se está moviendo Dios hoy? En América Latina. ¿Qué quiere decir esto? Que tenemos que administrar bien esta responsabilidad que Dios nos da, la de formar esta generación no con un método antiguo que no funciona, sino en el fresco y nuevo movimiento del Espíritu Santo, no con la arrogancia de un dictador, sino con la humildad de un siervo. Administremos bien esta cuna de líderes futuros, porque tenemos una promesa y una herencia muy grande.
Que Dios los bendiga,
Robert Barriger
Tomado del libro Iglesia Relevante © 2014 Robert Barriger Publicado por Editorial Vida. ISBN: 978-0-8297-6599-1 Usado con permiso de Editorial Vida