Muchas veces pienso como podriamos ayudar a que el mundo cristiano sea mejor para que de esa manera nuestro testimonio alcance con mayor eficacia la vida de otros. Digo porque muchas veces perdemos el tiempo en discuciones estériles. Tambien porque generalmente los problemas en el seno de la iglesia se deben a la rapidez con que juzgamos a los demás. Es propio de la naturaleza humana y pecadora pensar lo malo y negativo de las personas o las situaciones. Cuando seria mucho mejor detenernos con sabia preocupación ante el temor de juzgar equivocadamente. ¡Cuanto daño se ha echo por interpretaciones presuntuosas! Cuanta gente vaga hoy herida y desolada fuera del rebaño. Dios nos de un corazón lleno de misericordia para tanta gente que necesita nuestra verdadera compresión. No me interpreten mal, no estoy hablando de gracia barata -además que ella no existe- sino de COMPASIÓN. La ilustración de este pp.s me parece muy buena para recordarnos que debemos pensar antes de reaccionar ¿Dominio propio se llama? ¡Ayúdanos Señor!
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