Preciosa canción de Hillsong que nos habla de la confianza en Dios en medio de las pruebas.
director alabanza
El puente (en español).
Historia de un hombre que tiene que escoger entre la vida de su hijo y la de cientos de personas dentro de un tren. Basada en la película “Most” que representa el amor de Dios por nosotros.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16
Las visitas repentinas de Nuestro Señor…
LAS VISITAS REPENTINAS DE NUESTRO SEÑOR
“Vosotros, pues, también, estad preparados.” Lucas 12:40
La gran necesidad para el obrero cristiano es la de estar listo para enfrentarse con Jesucristo en todo momento. Esto no es fácil, no importa cuál sea nuestra experiencia. La lucha no es contra el pecado o las dificultades o las circuanstancias, sino contra nuestro estado tan absorto en el trabajo que no nos permite estar listos a enfrentarnos con Jesucristo en todo momento. Esa es la gran necesidad, no hacerle frente a nuestra creencia o, a nuestro credo o, a la cuestión de si somos de alguna utilidad, sino enfrentarnos con El.
Jesús rara vez viene donde lo esperamos; aparece donde menos le esperamos, y siempre en las conexiones más ilógicas. La única manera en que un obrero podrá mantenerse fiel a Dios es estando listo para las visitas de sorpresa de Jesucristo. No es el servicio lo que importa, sino la intensa realidad espiritual de esperar a Jesucristo en toda ocasión. Esto dará a nuestra vida la actitud maravillada del niño, que El desea que tengamos. Si vamos a estar listos a las llegadas de Jesucristo, tendremos que dejar de ser religiosos (es decir, de usar la religión como una clase de cultura más elevada) y ser en realidad espirituales.
Si estás mirando a Jesús, evitando la atracción religiosa de la época en que vives, y poniendo tu corazón en lo que El desea, y pensando según su manera, serás tildado de poco práctico, y soñador; pero cuando tú tienes una carga y en medio del calor del día el Señor te aparece, encontoces serás el único que estará listo. No confíes en nadie, ni aún en el más perfecto santo que pisa la tierra; ignóralo si estorba tu vista de Jesucristo.
Fuente: EN POS DE LO SUPREMO por Oswald Chambers
Novedad para jóvenes
La siguiente es una página que te recomendamos con mensajes desafiantes para los jóvenes. Y tambien para los que no lo son tanto, pero se sienten renovados en el poder del Espíritu, su contenido es muy singular y por sobretodo bíblico. Esperamos que te sea útil.
Predicas para Jóvenes: En Equipo , Como una Familia
por Esteban Reina
Hoy en día el lema de la vida es básicamente “cada uno por su lado”. Vivimos la mayoría del tiempo con la sensación de que si yo no me ayudo a mí mismo, pues no voy a llegar a un lado, esto no está del todo equivocado, pero si nos ha llevado a vivir equivocadamente.
Hemos caído en una forma de vida en que lo primero, más importante y primordial soy YO, mi bienestar, mi salud, mi confort, lo que yo quiero. Queremos que todo el mundo nos ayude, pero a la hora de ayudar somos expertos en poner excusas.
Este pasaje de Marcos capitulo 2 nos muestra como deberíamos ser con nuestros hermanos cristianos, y nuestras familias de una manera práctica, no solo limitándonos a la comodidad de “orar los unos por los otros”, pensando que esto es suficiente.
LEER MARCOS 2:1-12
- Como el paralitico, TODOS necesitamos de Jesús, y llegan tiempos en que no podemos alcanzarlo solos.
- Por mas independiente que te creas, en más de una oportunidad va s a necesitar de otras persona para ayudarte.
Esto es solo una parte de Prédicas para Jóvenes:En equipo , como una Familia
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Mensaje de Fe: “No te ríndas … núnca…”
Maravillosa la poesia de Mario Benedetti. Por sobretodo poderoso el mensaje que transmite. Las fotografias de los caballos proyectan la imágen de fuerza y determinación. Un muy buen material para tener a manos cuando la mentira del DESANIMO quiera debilitarnos. Me hacen evocar a San Pablo cuando en medio de la dificultad exclamó: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” ¡QUE DIOS RENUEVE TUS FUERZAS! ¡ÁNIMO!
Haz click aquí y disfruta de este pp.s: CABALLOS_que_belleza ¡Bendiciones! José
El Nuevo Nacimiento
Disertación pronunciada por Billy Graham en la Universidad de Cambridge en el año 1961.
Una de las más sorprendentes afirmaciones salidas de los labios de Jesucristo fueron estas palabras que dirigió al sabio Nicodemo: “El que no naciere otra vez no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Si Jesús hubiera dicho: “A menos que usted, Nicodemo, nazca otra vez”, podríamos considerar que la afirmación no viene al caso, que fue una afirmación dirigida a un individuo y que no tiene aplicación general. Pero Jesús dijo “el que no naciere”, lo que indica cualquier hombre, en cualquier lugar, en cualquier tiempo.
Algunas personas prefieren creer que el nuevo nacimiento es un requisito para entrar al cielo que Dios pone solamente a las personas incultas. Pero Jesús no dijo: “El hombre malo que no naciere otra vez”. El dijo: “El que no naciere otra vez”. En verdad, Cristo dirigió estas palabras a un hombre muy respetado, a Nicodemo. Nicodemo era fariseo, miembro de la secta más estricta de los judíos.
No solamente era miembro de esta secta, sino que era oficial de ella, miembro del cuerpo de los gobernantes de los judíos. Esto quiere decir que él satisfacía las exigencias culturales, físicas y religiosas de su tiempo.
Nicodemo practicaba fielmente su religión: ayunaba, guardaba el sábado, oraba, diezmaba y creía firmemente en las Santas Escrituras. En nuestros tiempos sería un miembro respetable de cualquier iglesia. En cuanto a la cultura y la etiqueta, se portaba correctamente. Era la personificación del decoro. Sin embargo, Jesús incluyó a Nicodemo cuando le dijo: “El que no naciere otra vez no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Nicodemo no demoró en hacer la pregunta que muchos me han dirigido también a mí: “¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo?” No le interesaba tanto el nuevo nacimiento como la manera en que se realizaba. Quiso mirar el asunto objetivamente más que subjetivamente. Preguntó: “¿Cómo puede el hombre…? Más bien que ”¿Cómo puedo yo…?” Prefería discutir el nuevo nacimiento más que experimentarlo.
Hay muchas personas hoy en día que insisten en entrar en el reino de Dios por medio de la cabeza antes que por medio del corazón. Insisten en estar convencidos antes de convertirse. No deseo desalentar al que sinceramente busca la verdad. Invitamos a que se proceda a la investigación. Pero con frecuencia, el hombre que pone en tela de juicio todo lo que Jesucristo ha dicho, está procurando evitar la verdad más que descubrirla.
Si usted tiene que entender toda la técnica de la radio, antes de sintonizarla, probablemente nunca llegará a escucharla. Si usted espera hasta entender perfectamente la técnica de la televisión es probable que nunca va a ver un programa en ella. Si usted se niega a viajar en un avión sin antes tener una licencia de piloto y saber todo lo que hay que saber en cuanto a sus motores, sus instrumentos, etc., es muy probable que nunca hará el viaje.
Se ve que el nuevo nacimiento no es algo que usted pueda hacer por sí mismo… es algo que tiene que ser hecho por Dios. La parte que a usted le corresponde es la de creer y recibir, más que comprender y hacer. ¿Le parece muy extraño esto? Cada día permitimos que otros hagan por nosotros lo que no podemos hacer nosotros mismos y no hay necesidad de que entendamos cómo se hacen estas cosas.
Por ejemplo, usted necesita una operación quirúrgica.
¿Qué hace? Primeramente acepta el diagnóstico de su médico. Luego se pone en manos de su cirujano sin reserva. ¿En qué forma lo beneficiaría saber precisamente cómo el cirujano va a operar? ¿Le ayudaría a usted recibir un anestésico local para poder mirar al cirujano durante la operación y darle consejos?
Por supuesto que esto serviría para estorbar, más que para ayudar. Si usted está enfermo, lo sabe y busca ayuda de una persona que es capaz de ayudarlo; pone usted su caso en las manos de ella. Ella hace por usted lo que usted no puede hacer por sí mismo.
La objeción que hacen con más frecuencia en cuanto al nuevo nacimiento es la presencia del elemento misterioso. “¿CÓMO PUEDEN SER ESTAS COSAS?” me preguntan. “¿Cómo puedo creer algo que no entiendo? me preguntó un estudiante. Naturalmente el estudiante razona dentro del contexto de libros de texto y de pruebas; pero debe saber que la vida no puede limitarse a libros y a pruebas, a fórmulas y ecuaciones.
¿Cómo se demostraría en el laboratorio el amor de una madre? El amor no es tangible pero es real. En cierto sentido es etéreo, pero es una cosa que podemos experimentar y sabemos que existe.
¿Cómo probaría usted que la esperanza existe eternamente en el corazón humano? ¿Se puede realmente demostrar por medio de las leyes de la ciencia que tal cosa como la esperanza humana existe? Yo lo dudo. Sin embargo la esperanza es un esfuerzo que impulsa a la industria, edifica naciones y vivifica la raza humana.
Este elemento de misterio existe en toda la vida. Quién puede explicar cuál existió primero: ¿el huevo o la gallina? ¿Quién puede explicar el milagro de la vida física? Ni el más sabio especialista en obstetricia puede hacer que sea racional el milagro del nacimiento físico. Éste es algo que podemos aceptar como real pero incomprensible.
La vida no se presta para conformarse a las pequeñas matrices de nuestro raciocinio limitado. En el “libro de la vida” no se encuentran las contestaciones a todas las preguntas y problemas en la parte final, como sucede en un libro de texto de aritmética, por ejemplo.
“El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). La vida consiste en una serie de renacimientos y nuevos despertares.
La niña que hace poco jugaba con sus muñecas un día cruza el umbral de la pubertad y experimenta un nuevo nacimiento. Su atención pasa de las muñecas a los jovencitos. La naturaleza ha obrado un cambio en ella, la ha transformado.
Ella cambia en apariencia, cambian sus deseos, y también cambian sus compañeros. Un milagro, dice usted. Sí, pero es un milagro perfecto y natural. Ella pasa, casi en un instante, del reino de la niñez al reino de la juventud.
Conozco a un soltero que por muchos años vivía encerrado en un cascarón de egoísmo.
A él no le importaban ni su apariencia ni sus modales. Pero un día se enamoró de una señorita muy hermosa. De repente comenzó a ponerse corbata y a enviar a planchar sus ropas con frecuencia. Compró un automóvil y un traje nuevo. Sus amigos comenzaron a preguntarse: “¿Qué pasa con Tomás?” Pues Tomás había descubierto el reino del romance; había experimentado un nuevo nacimiento.
¿No es maravilloso observar a otros cuando están experimentando estos períodos de despertamiento? Ese joven que deja de soñar y se dedica a conseguir una educación, esa víctima del alcoholismo que de repente se da cuenta de su condición y vuelve a poner sus pies en el camino de la sobriedad y la decencia, el holgazán que se esfuerza por hacerse digno de ser llamado hombre… todas estas personas descubren un reino que vale la pena conseguir mediante cierta clase de renacimiento.
La naturaleza está repleta de ejemplos maravillosos del nuevo nacimiento. Cada ejemplo es una maravilla, contiene su elemento misterioso.
Consideremos a la insignificante oruga; toda su fama se limita al hecho de que a un tractor se le dio el nombre de tractor oruga. Parece que su vida es vacía e inútil. Vive amenazada por hombres, bestias y aves. Pero un día este animal inútil trepa a un árbol y la naturaleza lo envuelve con un vestido fibroso.
Duerme, y en unas cuantas semanas el vestido fibroso estalla y de este capullo de oruga sale una nueva criatura alada, hermosa, resplandeciente. “Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17b). Esta nueva criatura en forma de mariposa vuela de una flor a otra muy por arriba de los peligros que antes la amenazaban cuando era oruga.
El mundo natural está lleno de analogías del nacimiento espiritual. Todas hablan elocuentemente al hombre, quien por su naturaleza, se inclina al mal, y le dicen que está a su alcance una vida superior, mejor, triunfante. La Biblia dice: “Tú le hiciste un poco menor que los ángeles, coronástele de gloria y de honra” (Hebreos 2:7a).
Mire al hombre normal y verá que padece de algún mal: está desalentado e infeliz, su conciencia lo azota; está mutilado por la pasión y dominado por el egoísmo; es poco amistoso y hostil; confuso, deprimido y miserable… ¿Es ésta la criatura de la cual la Biblia dice: “Tú le hiciste un poco menor que los ángeles; coronástele de gloria y de honra”? ¡El hombre, nos parece, no tiene gloria y muy poco honor! ¡Algo no anda bien!
Un joven dominado por la lujuria me dijo recientemente: Supongo que nací en el mal. Le repuse: Si señor, todos nosotros nacimos pecadores… por eso Jesucristo dijo: “Os es necesario nacer otra vez”.
La vida nueva que vino a la niña, al soltero y a la oruga, es resultado de la ley natural. Pero el nacimiento espiritual al cual Jesús se refirió, es diferente, al menos en un aspecto: no es una cosa que el hombre forzosamente tenga que aceptar como consecuencia de eventos naturales. Sí, para recibir el nuevo nacimiento, usted tendrá que quererlo.
El hombre, por su propia voluntad, se apartó de Dios. Si vuelve a Dios, tendrá que hacerlo por una decisión deliberada, por un acto de su voluntad. Dios ya ha hecho su parte para que usted pueda experimentar el nuevo nacimiento, pero hay una cosa que él no quiere forzar… la voluntad de usted. Él le ofrece a usted una vida nueva, pero no lo obliga a usted a aceptarla.
A los millones de personas que todavía no han creído y aceptado la vida que Cristo, con sincera compasión, quiere darles, él les dice: “Y no queréis venir a mí, para que tengáis vida” (Juan 5:40).
En el último libro de la Biblia el espíritu de Dios aboga por un rendimiento de la voluntad, porque de este punto depende nuestro destino eterno. “… y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17 R.V.R.).
Cristo vivió, murió y volvió a vivir. Estos hechos están suficientemente establecidos. En las palabras del apóstol Juan: “En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4). Resulta ésta, una afirmación que ha sido verificada en la experiencia y en la historia de la humanidad.
En la Catedral de San Pablo en Londres, hay un cuadro pintado por Holman Hunt que se titula “Cristo, la Luz del Mundo” y que representa a Jesús esperando ante una puerta. Poco después de realizado este cuadro, un crítico llamó la atención del artista sobre el hecho de que no había nada con qué abrir la puerta en la parte exterior. “Lo pinté así a propósito” le respondió el artista, “pues la puerta no se abre sino desde adentro”.
(Tomado de revista Certeza Nº 15, año 1963).
¿Metas para el nuevo año? ¡Deje claro que es lo importante!
Cada día a usted y a mí se nos otorga el don de ochenta y seis mil cuatrocientos segundos de tiempo, para utilizarlos donde nos parezca. No podemos llevarlos al día siguiente o alargarlos, en ninguna manera. Ninguno tiene más o menos que eso.
El tiempo frecuentemente parece duro e imposible de detener, especialmente cuando tenemos tantas cosas que podríamos hacer.
La teóloga Dorothy Bass dice que para muchos de nosotros “El tiempo continúa siendo una fuente no solamente de presión sino de culpa y juicio (…) Nos engañamos creyendo que si pudiéramos hacer todo, si tan solo pudiéramos atar los cabos, si aún alguna vez pudiéramos adelantar en algo, quedaría probado nuestro valor y estaríamos seguros”.
Stephen Covey en su libro “Liderazgo centrado en principios” titula un capítulo: “Lo principal es mantener lo principal como principal”. En otras palabras, quédese en la senda. Haga lo que es más importante. Pablo seguramente hubiera estado de acuerdo.
Para muchos de nosotros mantener las cosas principales como principales presenta un dilema significativo: ¿qué es lo principal? Sabemos que no siempre es fácil, especialmente si usted es su propio jefe y no tiene un superior que le dicte las prioridades.
Con frecuencia es útil preguntarse: ¿qué es lo más importante? ¿Qué es para esta compañía? ¿Y para mí? ¿Qué es lo más importante para esta semana? ¿Y para este día?
Sabemos que las interrupciones y otros asuntos de nuestras agendas estorbarán para distraernos. Debemos aprender a enfocarnos en aquello que es lo más importante.
El libro de Talien Medeirer sobre los principios de entrenamiento me enseñó por primera vez a hacerme tres preguntas muy útiles:
*¿Qué es lo más importante hoy?
*¿Qué debe quedar hecho hoy?
*¿Qué es lo importante para el futuro?
Intente escribir estas preguntas en un diario o planificador del día, luego respóndalas. Hágalo diariamente, si puede. Inténtelo durante una semana.
Algunos días descubrirá que lo más importante es su salud. Otro, el descanso encabezará la lista. Otros días su matrimonio, el tiempo con la familia, oportunidades de servicio o crecimiento espiritual, pueden ser las más altas prioridades. Tal vez necesite pasar tiempo con uno de los integrantes del equipo. Otras veces ciertos proyectos claramente aparecerán al principio de la lista.
Personalmente, cuando comienzo mi día con estas preguntas, las reviso por la noche. Me relajo. Estoy calmo y me mantengo enfocado, y finalmente soy más productivo. No me desgasto con asuntos menores. De hecho, es ahora más fácil para mí reconocer aquellas cosas que entran en esa categoría.
Luego actúo en lo que realmente quiero y necesito hacer. Me encanta lo que Hyrum Smith dijo en su libro “Diez leyes naturales para manejar exitosamente el tiempo y la vida”: “Este simple concepto de asegurar que nuestras actividades diarias reflejan nuestros valores más profundos, es el concepto que ha marcado toda la diferencia en mi propia vida”.
Este proceso de determinar qué es lo más importante puede ayudar también a definir los valores de su organización o empresa.
Pregúntese: “¿Qué es lo más importante para nuestra organización? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué es lo más importante para nuestro futuro?” Luego escriba la respuesta a cada pregunta y póngala en un lugar visible. Preguntarse estas cosas puede ser una gran forma de comenzar un nuevo año o proponerlo como enfoque para un retiro del liderazgo.
“El tiempo es neutral –dijo Winston Churchill– pero puede transformarse en el aliado de aquellos que lo atrapen y lo usen por completo.”
Secretos del liderazgo de San Pablo Esta habilidad de atrapar el tiempo probablemente comienza cuando se determina qué significa “por completo” para usted. Una vez que eso está claro, comprométase a lo que más valora. Creo que es bueno decir que nadie en su lecho de muerte declaró jamás: “Caramba, he hecho demasiadas cosas realmente importantes”.
Atrape su día y haga que el tiempo trabaje para usted en vez de trabajar usted para el tiempo.
Tomado del libro: “Secretos del liderazgo de San Pablo”,
por Jeff Caliguire, Editorial Peniel
NAVIDAD: ¡El mejor regalo!
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
AMISTAD: Verdadero Tesoro…
APRENDAMOS DEL MAGNIFICO EJEMPLO QUE NOS PROPORCIONA ESTE DELFÍN Y ESTE PERRO.
SI ELLOS LO PUEDEN LOGRAR, NOSOTROS TAMBIEN.
¡SEAMOS AMIGOS!
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Reflexión: El perro y el conejo
Muchas veces pienso como podriamos ayudar a que el mundo cristiano sea mejor para que de esa manera nuestro testimonio alcance con mayor eficacia la vida de otros. Digo porque muchas veces perdemos el tiempo en discuciones estériles. Tambien porque generalmente los problemas en el seno de la iglesia se deben a la rapidez con que juzgamos a los demás. Es propio de la naturaleza humana y pecadora pensar lo malo y negativo de las personas o las situaciones. Cuando seria mucho mejor detenernos con sabia preocupación ante el temor de juzgar equivocadamente. ¡Cuanto daño se ha echo por interpretaciones presuntuosas! Cuanta gente vaga hoy herida y desolada fuera del rebaño. Dios nos de un corazón lleno de misericordia para tanta gente que necesita nuestra verdadera compresión. No me interpreten mal, no estoy hablando de gracia barata -además que ella no existe- sino de COMPASIÓN. La ilustración de este pp.s me parece muy buena para recordarnos que debemos pensar antes de reaccionar ¿Dominio propio se llama? ¡Ayúdanos Señor!
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