(Continuación de: Reglas prácticas de Hermenéutica – 1 de 3 -)
Parte 2
3) TENGAMOS CUIDADO CON LOS MODISMOS
Toda lengua tiene sus modismos o expresiones idiomáticas. Uno de los problemas más complejos del aprendizaje de una lengua es, justamente, el asunto de los modismos.
Por ejemplo, ¿hemos pensado alguna vez en el problema que le plantean al extranjero que quiere aprender el castellano, expresiones tales como “tomarle el pelo” a alguien? Uno de los problemas con dichas locuciones, y que complica aún más la situación, es que cambian de significado de una generación a otra.
Generalmente los buenos comentarios bíblicos hacen aclaraciones sobre las expresiones idiomáticas, aclarando su uso y explicando su significado en la época en que fue escrito el documento bíblico dónde aparecen.
4) PRESTEMOS ATENCIÓN AL USO DEL LENGUAJE FIGURADO
El que escribe frecuentemente se vale de figuras del lenguaje cuando el sentido no es literal. Esto es común en castellano en el que son tipos de figuras muy comunes las siguientes: la metáfora, el símil, la analogía, la hipérbole y el antropomorfismo. Examinemos cada una de ellas brevemente.
a) La metáfora. La metáfora compara dos cosas identificando a una con la otra. Generalmente una de las partes de la metáfora se reconoce fácilmente y se emplea para clarificar a la otra, ya que esta última no se entiende tan fácilmente. Es una forma de comunicar a partir de lo conocido. Por ej. Mateo 5:13 dice: “Vosotros sois la sal de la tierra” con lo que se quiere decir que así como la sal cumple la función de dar sabor a la comida, los creyentes han de tener una influencia similar en la sociedad en el aspecto moral de sus vidas.
Es el uso de las metáforas, justamente, lo que ha dado lugar a la espiritualización de la Escritura, por cuanto la mayoría de las metáforas son símbolos.
La metáfora mas importante que tenemos en la Biblia se encuentra en Lucas 22:19,20. Cuando Jesús tomó pan y dijo: “Esto es mi cuerpo”. Claramente era un símbolo de su cuerpo. Lo mismo se afirma en cuanto a la copa, cuando dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre,” Cuando participamos del fruto de la vid, no estamos tomando la sangre de Cristo; en cambio, tomamos el fruto de la vid corno símbolo de su sangre.
Para el lector atento, que trata, de literalizar la Escritura, el uso de las metáforas no constituye un problema porque generalmente éstas son bastantes obvias.
b) El símil. El símil compara, dos cosas y generalmente se vale deexpresiones tales como “tal como” , “como”, “de la misma manera que” o “así como”.
Por ejemplo, nuestro Señor dijo en Mateo 10:16: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos”. El símil resulta obvio, Se está comparando al creyente con la oveja y al falso maestro con el lobo. Este es un símil que aparece muchas veces en la Escritura. Al igual que la metáfora no resulta difícil reconocerlo.
c) La analogía. La analogía consiste en comparar dos cosas mediante el recurso de hacer que una explique la otra. Generalmente la analogía se utiliza como una forma de razonamiento.
Por ejemplo, en 1 Co. 1:18 Pablo dijo: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.”
d) La hipérbole. La hipérbole es un intento deliberado de exagerar con el fin de atraer la atención.
Por ejemplo, en Mateo 7:3 nuestro Señor dijo: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” Desde luego que nadie puede tener una viga en el ojo, y sin embargo, esta hipérbole llama la atención por la exageración hacía los trágicos resultados de la crítica.
e) El antropomorfismo. Esta palabra extraña se usa fundamentalmente cuando se atribuye a Dios características humanas. La Biblia enseña que Dios es espíritu y, en consecuencia, no tiene cuerpo, pero para el hombre es muy difícil, por no decir imposible, entender lo que es un espíritu. Por ello, para Dios resultaba fundamental valerse del cuerpo humano con sus características para describirse a sí mismo; así es como tenernos referencias al “oído”, “la voz” o la “mano” del Señor.
Dios nos oye, nos habla y nos sostiene, pero no necesita oídos, ni boca, ni manos para hacerlo. Valiéndose de sus propios medios divinos, sin embargo, logra los mismos resultados. Es por ello que hace uso de las características finitas del hombre, que éste entiende perfectamente, para describir sus características infinitas, ya que de otro modo el hombre no las podría comprender. No corresponde suponer, empero, como lo han hecho algunos, que Dios tiene ojos, oídos y manos como los del hombre.
Maria Helena F.de Alves says
Gracias, este estudio ayuda mucho, compreender las sagradas escrituras. Nuestra equipo agradecelos.
admin says
Gracias Maria por hacernos saber que somos de bendición. Eso nos anima mucho. Bendiciones a todo el equipo entonces! José
cesar mateo alvarado says
Me encanta estos estudios son de mucha ayuda en mi cresimiento espiritual grasias
admin says
Nos alegramos Cesar… y que el Señor continúe bendiciendo tu crecimiento y prosperando tu vida. Gracias por tu comentario! José
maria bernarda vergara c says
Los quiero mucho
wilson diaz says
Doy gracias a Dios por sus vidas, son buenisimos los estudios, me ayudan mucho para las predicas.