(Continuación de: Reglas prácticas de Hermenéutica – 1 de 3 – )…
Parte 3
5) TRATEMOS LAS PARÁBOLAS EN FORMA DISTINTA
La parábola es una historia terrena con significado celestial. La mejor forma de describir la necesidad de la enseñanza por parábolas es la de suponer que estamos por ir como misioneros a una tribu indígena que no conoce la electricidad, la refrigeración, ni los demás inventos modernos.
¿Cómo haríamos para hacer una descripción de los artefactos con que cuenta una cocina moderna? No hay otra posibilidad que emplear los elementos con que cuenta la tribu, como marco de referencia, a modo de ilustración o parábola, a fin de transmitir lo que queremos explicar. Esto mismo se aplica a la comunicación de las verdades celestiales o divinas.
El Señor Jesús era un verdadero Maestro en el arte de la parábola. Con frecuencia sus parábolas comienzan con palabras como: “El reino de los cielos es semejante a…” o “Un hombre tenía dos hijos…”
Cuando se trata de darle una interpretación a las parábolas, la mayoría de las personas exageran la aplicación de los detalles; es decir, intentan encontrar un significado especial hasta en los más mínimos detalles. Al proceder así a menudo destruyen la lección principal.
La parábola es una ilustración, y así como una ilustración la usamos para aclarar algo que estamos tratando de comunicar tiene un significado principal, así es también con las parábolas del Señor. Pero casi todas las ilustraciones o ejemplos pueden desvirtuarse y torcerse cuando se intenta utilizar cada una de sus partes para extraer una lección específica. Por esta razón debernos conformarnos con descubrir el significado básico de la parábola y aceptarlo.
Estas cinco reglas sencillas que venimos estudiando, no son las únicas reglas de la Hermenéutica, pero son las que necesitamos conocer, porque son las que aparecen con mayor frecuencia. Encontraremos que la aplicación literal de las mismas al estudio de la Biblia servirá para que hagamos una interpretación acertada del mensaje de Dios.
A esta altura habrás descubierto que puedes estudiar la Biblia por tu cuenta y ser transformado en un creyente fuerte, y útil. ¿Cuánto cuesta? El tiempo que se invierte – pero… te puedes estar preguntando… no será realmente una pérdida de tiempo? El Dios que multiplicó el almuerzo del muchachito y alimento a 5000 hombres, es igualmente capaz de multiplicar nuestro tiempo cuando le damos a El la primera parte. No puedes darte el lujo de no hacerlo… si quieres crecer espiritualmente y llevar frutos para la eternidad!! (Mt. 6:33).
Dando fin a este estudio de COMO ESTUDIAR LA BIBLIA solo me queda orar al Señor de la mies que bendiga tu vida mientras te consagras a un tiempo apartado de estudio y oración, que sin duda alguna, determinaran una gran diferencia en tu vida. La vida abundante que el Señor nos ha prometido. ¡Dios te bendiga!