INTERCEDIENDO CON LA AYUDA DEL ESPÍRITU SANTO.
Romanos 8:26,27. Comenzamos leyendo detenidamente, este texto clave para nuestro estudio. Y así notamos que Pablo dice: “pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos.” Muchas veces en nuestra vida de oración podemos llegar a confundirnos y a parecernos que no tenemos propósito. Sin embargo, Dios ha provisto la ayuda. El Espíritu Santo nos ayudará a orar conforme a la voluntad de Dios. En primera de corintios 14:14,15, Pablo nos dice:
14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento.
Al hablar aquí de nuestro entendimiento, Pablo se está refiriendo a nuestras mentes. Está hablando de dos clases de oración: Oración mental y oración espiritual. Y hay una gran diferencia entre ambas. Generalmente pensamos que toda oración es espiritual, pero esto no es así. Por lo tanto Pablo dice: “Si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora” (vr. 14), quiere decir que él estaba orando con su espíritu. Si hubiese estado orando con su entendimiento, habría estado orando con su mente. Debemos notar aquí, claro está, que ambas cosas son importantes. Dios quiere que hagamos intercesión espiritual, pero también quiere que oremos con nuestros entendimientos. De allí la afirmación de Pablo: “Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento.” (vr. 15). Notemos como lo expresa la biblia amplificada: “Porque si oro en lengua desconocida, mi espíritu (por el Espíritu Santo en mí) ora” (vr. 14). ¿Qué quiere decir? Que cuando oramos en lenguas, es el Espíritu Santo en nosotros dándonos el denuedo, pero es nuestro espíritu el que hace la oración.
Muchas veces la iglesia – generalmente hablando – ha fallado ya que por mucho tiempo ha intentado llevar a cabo la obra de Dios con solamente una clase de oración, es decir, la oración mental.
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene no lo sabemos” (Rom. 8:26). Sería imposible para nosotros con nuestro razonamiento humano el saber que orar como conviene. Podemos saber todo acerca de nuestras necesidades personales, pero orar solo por nuestras necesidades, siempre será una vida de oración muy limitada, tristemente es cierto que muchos no llegan más allá de eso.
“El Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” (Rom. 8:26). La traducción griega literal dice: “con gemidos indecibles en lenguaje articulado.” El lenguaje articulado significa nuestro lenguaje ordinario. Este versículo se está refiriendo a orar en lenguas, ya que Pablo les está diciendo a los corintios ya los romanos lo mismo. Esos gemidos que salen de nuestro interior cuando estamos orando, salen de nuestro espíritu. No pueden ser puestos en lenguaje regular.
Esto no es algo que Espíritu hace aparte de nosotros. Es algo que le Espíritu nos ayuda a hacer. EL ESPÍRITU SANTO NO FUE ENVIADO A LA TIERRA PARA HACER NADA POR SI MISMO APARTE DE LA IGLESIA. El fue enviado para darnos poder para hacer las cosas. En Juan 14:16 Jesús dijo: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador…” En muchas traducciones esta escritura dice así: “Os dará (o enviará) otro Ayudador”, más que consolador. El ayudante en cualquier trabajo no es el responsable de la obra. El está allí para AYUDAR a aquél que hace el trabajo. EL ESPÍRITU SANTO NO VA A HACER LA ORACIÓN EN TU LUGAR. Estos gemidos no son los gemidos del Espíritu Santo, mas son gemidos indecibles en lenguaje articulado. Son gemidos que salen de los más profundo de tu ser y escapan por tus labios en oración. ESTO ES EL ESPÍRITU AYUDÁNDOTE A HACER INTERCESIÓN.