La creación
1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Génesis (RV).
1 Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. 2 La tierra era un caos total,las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu[a] de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Génesis (NVI).
Resulta casi imposible poder imaginar este momento que nos describe la Palabra de Dios. El momento en que comienza la creación misma. El principio de lo que es hoy la historia humana todavía inconclusa.
La imágen es indescriptible porque nos presenta la grandeza de Dios que ya está allí. Como que la eternidad deja vislumbrar algo de su grandeza para inaugurar el espacio tiempo que será el principio y la casa de la familia humana.
Dios, el eterno presente. El gran Yo Soy. El que es, El que fué y el que será. No puede haber nada antes de este versículo uno. Porque si lo hubiese seria posible describir el misterio de Dios. Que para el hombre siempre será un misterio, comprensible solo a medias por el límite del intelecto humano – de la única manera posible – revelado en la persona de Jesucristo.
Si fuera posible ver este momento desde alguna grada celestial en los aires, nos sería dado un gran privilegio. El Espíritu Santo moviéndose sobre la faz de las aguas. Oscuridad del abismo. Luz creativa moviendose dinámicamente sobre el estrépito y el chocar de olas gigantes por momentos. El Espíritu estaba creando. Otras veces apaciblemente calmaba su recorrido circular en el planeta equilibrando las fuerzas poderosas desatadas por el Creador Soberano.
Solo el Espíritu Santo puede poner órden el el vacío y en el desorden. Siempre es así. Porque el Espíritu es creador. Sea en el área que sea el pone el orden y el equilibrio necesario. Tan profunda es su presencia que lo hace tanto en la trama compleja de un solo hombre o en la contitución gigante de todo un planeta. ¿Qué hay imposible para Dios? Nada es díficil para Dios. No es mas facil porque sea grande o pequeño. Simplemente El es El Todopoderoso. Así es nuestro Dios. Gloria a Su Nombre! José R. Reina.
(1a. edicion 31/01/2014)