TERCER GRUPO: LIBROS POÉTICOS
JOB – SALMOS – PROVERBIOS – ECLESIASTÉS – CANTARES.
Los principios eternos que contienen estos libros, también denominados “De Sabiduría”, nos muestran cómo tener éxito y disfrutar de las bendiciones divinas, cualesquiera sean las circunstancias políticas o religiosas en que nos toque vivir. Su denominación como “Libros poéticos”, como podemos notar, se debe a que en general, se escribieron como poesía, especialmente los Salmos y Proverbios. Por esta razón, con frecuencia veremos que el escritor repite en la segunda mitad de un versículo, lo que dice en la primera mitad. A este recurso se le llama “paralelismo hebreo” y generalmente agrega algún aspecto nuevo a la afirmación original. Una vez que nos acostumbramos al mecanismo podemos apreciar su valor.
La lectura de los tres libros restantes requiere cierto cuidado. El libro de Job, contiene consejos negativos que no deben tomarse como procedentes de Dios, sino como filosofía humana que intenta explicar las tragedias sin la ayuda de Dios. Si se tiene presente el tenor general del libro no habrá problemas.
Con Eclesiastés, la situación es otra; aparece en él un sentido de frustración, y que expresa la situación de Salomón al final de su vida, después de haber dado la espalda a Dios y a las normas divinas que tan bien conocía. Jamás pensemos en edificar nuestra vida sobre la base de las conclusiones humanísticas de ese rey descarriado, a menos que sea para admitir lo inútil de los esfuerzos del hombre sin Dios.
El Cantar de los Cantares de Salomón, contiene el relato íntimo de la belleza del amor conyugal. Nos hace ver que Dios destinó el sexo para el amor y la alegría matrimonial.